Ariel Rot actúa en Bikini

Ariel Rot carga con dos problemas, quizás problemillas, a sus espaldas. Uno es ser hermano de quien es, esa actriz llamada Cecilia Roth, -ella sí usa la h al final de su apellido-, y otro haber trabajado con Andrés Calamaro, un artista capaz de eclipsar al más pintado. Tiene aún otro, quizás más pequeño, eso sí, ya que Ariel Rot formó parte de Tequila, una banda cuya popularidad aún sigue siendo referencial bastantes años después de su disolución. Con Calamaro trabajó en Los Rodríguez, que no llegaron a ser Tequila pero sí flirtearon con la popularidad. En cualquier caso, todo eso es agua pasa...

Ariel Rot carga con dos problemas, quizás problemillas, a sus espaldas. Uno es ser hermano de quien es, esa actriz llamada Cecilia Roth, -ella sí usa la h al final de su apellido-, y otro haber trabajado con Andrés Calamaro, un artista capaz de eclipsar al más pintado. Tiene aún otro, quizás más pequeño, eso sí, ya que Ariel Rot formó parte de Tequila, una banda cuya popularidad aún sigue siendo referencial bastantes años después de su disolución. Con Calamaro trabajó en Los Rodríguez, que no llegaron a ser Tequila pero sí flirtearon con la popularidad. En cualquier caso, todo eso es agua pasada y Ariel ya está en otras lides. Por ejemplo, acaba editar un nuevo disco en solitario, el segundo en su época post-Rodríguez tras Hablando solo (1997), y con esta obra pugna por lograr un lugar bajo el sol y combatir la influencia de los nombres populares que lo rodean. El álbum se llama Cenizas en el aire, lo componen 12 canciones y por medio de ellas rinde pleitesía a su mayor y reconocida influencia, los Rolling Stones. Bañado por el optimismo, ayudado por colegas como Andy Changó, Sergio Makaroff o ese valenciano romántico, perdedor y esplendoroso que responde por Bustamante y que firma la letra de una de las piezas, el caso es que esta misma noche el bueno de Ariel Rot presenta estas nuevas canciones en la sala Bikini (22.00), en Barcelona, un espacio idóneo para un rockero con mentalidad propia, influencias evidentes cuyo reconocimiento le honran y una honestidad a prueba de bomba. No es brutal, pero sí honesto.-