Entrevista:JOSÉ ANDRÉS GORRICHODIRECTOR GENERAL DEL IGUALATORIO MÉDICO

"El Igualatorio necesita a la competencia y si no la tuviese, la inventaría"

Mide cada palabra, como si fuera un político en campaña; es que acaba de tomar las riendas del Igualatorio Médico Quirúrgico, la quinta aseguradora de España, con una cuota de mercado en Vizcaya del 87% y una facturación el año pasado de 15.000 millones de pesetas. José Andrés Gorricho (Pamplona, 1948), un auténtico todoterreno de la gestión sanitaria pública y privada, casado y padre de un hijo y una hija, es el hombre elegido para dirigir el Igualatorio tras la batalla judicial emprendida por sus competidoras ante el Tribunal de Defensa de la Competencia.Pregunta. Licenciado en Empresariales...

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Mide cada palabra, como si fuera un político en campaña; es que acaba de tomar las riendas del Igualatorio Médico Quirúrgico, la quinta aseguradora de España, con una cuota de mercado en Vizcaya del 87% y una facturación el año pasado de 15.000 millones de pesetas. José Andrés Gorricho (Pamplona, 1948), un auténtico todoterreno de la gestión sanitaria pública y privada, casado y padre de un hijo y una hija, es el hombre elegido para dirigir el Igualatorio tras la batalla judicial emprendida por sus competidoras ante el Tribunal de Defensa de la Competencia.Pregunta. Licenciado en Empresariales, ha hecho toda su carrera en el sector sanitario ¿Por qué?

Respuesta. Por casualidades de la vida, como suelen ocurrir las cosas.

P. ¿Cuándo le ofrecieron incorporarse al Igualatorio?

R. Este verano se dirigió a mí un grupo de miembros del Consejo de Administración.

P. ¿Tuvo que pensar mucho la oferta?

R. ¡Bastante! Yo estaba dirigiendo el grupo Policlínica de Guipúzcoa, en San Sebastián. En los últimos años habíamos hecho un proceso de cambio bastante satisfactorio. Y uno está allí tan a gusto... Pero me tentó porque ésta es una empresa muy bonita. Dentro del campo sanitario abarca todo el ciclo, desde la parte aseguradora hasta la prestación de los servicios. Y, además, es una compañía como las telefónicas y las BBKs que estaban muy apegadas, a su mercado, a su territorio y que, como los tiempos cambian que es una barbaridad, tienen que transformarse para seguir haciendo lo que hacían muy bien, pero en los nuevos tiempos.

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P. Pero su llegada es en cierto modo el inicio de la profesionalización en la gestión del Igualatorio.

R. Yo diría que no; sería despreciar una realidad tremenda e injusto. Se han hecho muchas cosas y muy bien, pero ahora toca seguir tirando para que se hagan mejor. Pensaron que una persona a la que le había tocado lidiar con problemas y procesos de cambio muy importantes, podría ser útil para la casa, pero poco más. Esto iba a vivir sin mí también, perfectamente.

P. No negará que el fin de la exclusividad de los médicos (ordenado como medida cautelar por el Tribunal de la Competencia), marca un momento muy particular en los 65 años del Igualatorio.

R. Pero no como acontecimiento en sí sino como reflejo de un contexto. Yo diría que en este momento, el Igualatorio necesita la competencia; es decir, que si no la tuviese la inventaría. No hay una empresa que tire si no es estimulada. Esos tiempos los damos por absolutamente superados porque las empresas no crecen a través de mecanismo de defensa, sino desde mecanismos de avance ¿no? Ésta es la quinta aseguradora del Estado y eso actuando en un ámbito limitado.

P. Una situación peculiar lograda gracias a un monopolio de hecho.

R. No peculiar, es fácilmente explicable: hacer las cosas bien. Otras compañías también estuvieron no en monopolio, porque eso es una concesión, sino que eran los únicos a quienes se les había ocurrido. Nosotros lo hacemos bien, somos la joya de la corona, a diferencia de otras, que han desaparecido o han sido engullidas.

P. ¿Usted que no pertenecía al Igualatorio, cómo vio la batalla judicial?

R. La verdad es que no la vi, me la han contado. Creo que es todo menos noticiable, porque es lo que está pasando en todo el país, en todos los sectores.

P. Aún no hay sentencia, pero sí una medida cautelar...

R. Por si acaso tienen razón estos señores [los denunciantes son varias aseguradoras], deje a los médicos que hagan lo que quieran, lo cual me parece muy bien. Esta compañía tendría que hacer exactamente lo mismo, con o sin sentencia: ponerse a trabajar para seguir siendo a distancia la mejor. Antes les ha ocurrido a otros y no ha pasado nada que no sea lo que correponde en estos tiempos.

P. ¿Teme que se acabe esta inercia por la cual cuando alguien nace en Vizcaya se le inscribe en el Igualatorio?

R. No. Y creo que no es inercia el ciudadano que viene es ya un inteligente consumidor. Las compañías como ésta, prestadoras de servicios que también tiene el sector público, no van vivir de que los servicios públicos sean malos, sino de que sean buenos, generalizados y universalizados, porque eso genera un hábito de consumo de servicios mayor. Y si una vizcaína hace a su hijo del Igualatorio será porque quiere ir por carretera y por autopista, ir al parque público y pertenecer a una asociación cultural. A veces este tipo de compañías se ha querido diferenciar como alternativa al sector público y eso es un error.

P. A menudo quien tiene un seguro privado desdeña la sanidad pública.

R. El que la desdeña es que no la conoce. La sanidad pública es buena. El ciudadano más informado hace un uso inteligente de ambas. Es como en el resto de las cosas. Quieres tener un buen transporte público pero además te gastas dinero en un coche. Cuando el usuario consume parte de sus servicios sanitarios a través de un seguro yo diría que es doblemente solidario, porque financia el sector público y luego lo usa menos, contribuyendo a que sea mejor.

P. ¿Qué cambios necesita esta compañía?

R. Hay que cambiar unos rumbos, pero continuar en lo esencial,. Hay que profundizar al máximo en una política que aleje de cualquier tentación de burocratización y también abrir los servicios para que la gente pueda comprar lo que quiera y no lo que yo quiera venderle.

P. A raíz de la batalla judicial la clientela vizcaína es la niña bonita del sector en España. Unos hacen ofertas para retener, los otros para atraer.

R. Las cosas cuestan lo que cuestan. Aunque una empresa siempre busque la eficencia, te topas con los costes sanitariaos, que van a más. Evidentemente puedes llegar aquí y gastar 10.000 millones para penetrar, regalar, pero son situaciones insostenibles.

P. ¿Cuando estaba en la sanidad pública era de los que llamaba al paciente cliente?

R. No. Un paciente es un paciente cuando está enfermo y, sin embargo, un cliente cuando no lo está. Nuestros clientes son los que queremos que no se pongan enfermos.

P. ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene el que los médicos, más de mil, sean los propietarios del Igualatorio?

R. Ventajas, muchas; sobre todo, para el cliente porque si el propietario da el servicio el estilo de tratar al cliente es otro. Más que inconvenientes, problemáticas a resolver. El dueño es el reproveedor de servicios y eso requiere una filosofía de gestión distinta a aquellas compañías en las que el objetivo es maximizar el beneficio. El asunto a resolver es cómo mantener unos beneficios que garanticen su pervivencia para siempre, más que gane mucho sino lo suficiente para vivir para siempre. Por eso igual me han llamado a mí.

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