CiU y ERC utilizan las declaraciones de Borrell para subrayar la división del PSC

Los rivales del partido socialista coincidieron ayer en señalar que las críticas lanzadas el viernes por José Borrell, el segundo candidato del PSC por Barcelona, contra el modelo de partido defendido por Pasqual Maragall expresan la existencia de dos proyectos en el socialismo catalán. Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió Democràtica, y Joan Puigcercós, candidato de Esquerra Republicana (ERC) por Barcelona, destacaron la división interna que a su juicio ha puesto de relieve Borrell. Entretanto, el primer secretario del PSC, Narcís Serra, intentaba restar importancia a las divergencias man...

Los rivales del partido socialista coincidieron ayer en señalar que las críticas lanzadas el viernes por José Borrell, el segundo candidato del PSC por Barcelona, contra el modelo de partido defendido por Pasqual Maragall expresan la existencia de dos proyectos en el socialismo catalán. Josep Antoni Duran Lleida, líder de Unió Democràtica, y Joan Puigcercós, candidato de Esquerra Republicana (ERC) por Barcelona, destacaron la división interna que a su juicio ha puesto de relieve Borrell. Entretanto, el primer secretario del PSC, Narcís Serra, intentaba restar importancia a las divergencias manifestando que está a favor de la "diversidad de opiniones".

Borrell halagó el viernes los oídos de los militantes descontentos por la orientación liberal que Pasqual Maragall dio a la campaña de las autonómicas y por la inclusión de una tercera parte de independientes en su candidatura al Parlament. Pero al mismo tiempo puso sobre el escenario público la existencia de unas divergencias sobre las que ayer se lanzaron los rivales electorales del PSC. "¿Quién manda, Maragall, que se quiere abrir a otros sectores, o Borrell?", se preguntó retóricamente Puigcercós en un acto celebrado en Sabadell con concejales de su partido.A esta misma pregunta daba su respuesta ayer mismo el líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida. En el PSC, aseguró, "no mandan Serra ni Maragall, sino la estructura organizada, de la que Borrell es el líder". El dirigente democristiano afirmó también que Borrell ocupa la segunda plaza en la candidatura del PSC por Barcelona "para confirmar esa autoridad en el seno del PSC".

Duran fue más allá y explicó que la coalición electoral encabezada por Maragall "no ha gustado nunca" en el seno del PSC y que los dirigentes del partido la toleraron sólo porque estaban convencidos de que iba a perder las elecciones. Pero a partir del 12 de marzo, auguró, la existencia de Ciutadans pel Canvi va a originar "muchos problemas".

Que Borrell se dedicara a airear este asunto en su primer mitin electoral ha provocado la estupefacción de sus propios compañeros de partido, con independencia de que estén de acuerdo con él o no. Las divergencias entre Borrell y Maragall son de sobras conocidas en el PSC, y la última vez que se pusieron de manifiesto fue hace sólo tres semanas en la aprobación del programa para las elecciones legislativas. Borrell impuso entonces una serie de correcciones a aspectos que habían sido tomados del programa de las autonómicas.

"Diversidad de opiniones"

Serra pidió ayer a los candidatos del PSC en estas elecciones que a partir de ahora "no se salgan del guión" en sus intervenciones. Lo hizo en una presentación de la campaña electoral del partido a la que asistieron casi todos los candidatos, aunque entre los pocos que faltaban se contaba, precisamente, Borrell. Luego matizó lo que había dicho la víspera. El sábado dijo que los asuntos tan inoportunamente sacados a colación por Borrell deben discutirse a partir del 12 de marzo. Ayer destacó más, en cambio, que a él le gusta "la diversidad de opiniones", aunque también remitió la discusión al día siguiente a las elecciones. "No quiero un partido monolítico y pienso auspiciar la discusión", aseguró.

Algunos dirigentes del PSC apuntaban que el acto en el que Borrell criticó el protagonismo dado por Maragall a los independientes eran una demostración de fuerza de la organización local de Barcelona, con la que Maragall tiene muy malas relaciones. Se trataba de una cena a la que asistieron 1.500 afiliados, organizada a petición de la agrupación de Sant Martí, algunos de cuyos miembros se vanaglorian de ser "la más numerosa del PSOE". Pero otros destacaban que fue nada menos que el presidente del PSC, Raimon Obiols, quien afirmó semanas atrás en un acto del partido en Tarragona su rechazo a que el PSC "ponga la infantería y busque a los generales fuera del partido", en la persona de los independientes.PASA A LA PÁGINA 4