Gerry Adams admite el "fallo de todos" en el bloqueo del proceso de paz en el Ulster La policía atribuye a una venganza entre paramilitares dos cadáveres encontrados ayer

El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, ha reconocido por primera vez la responsabilidad colectiva de todos los partícipes en el proceso de paz irlandés de la crisis de la última semana, que se ha materializado en la suspensión de las instituciones autonómicas y la retirada del Ejército Republicano Irlandés (IRA) de las negociaciones de desarme. La búsqueda conjunta de una solución está retrasada hasta fecha indefinida porque, según señaló ayer Peter Mandelson, ministro británico para el Ulster, "la gente necesita un respiro para reflexionar y recuperar energía".

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El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, ha reconocido por primera vez la responsabilidad colectiva de todos los partícipes en el proceso de paz irlandés de la crisis de la última semana, que se ha materializado en la suspensión de las instituciones autonómicas y la retirada del Ejército Republicano Irlandés (IRA) de las negociaciones de desarme. La búsqueda conjunta de una solución está retrasada hasta fecha indefinida porque, según señaló ayer Peter Mandelson, ministro británico para el Ulster, "la gente necesita un respiro para reflexionar y recuperar energía".

No todos los miembros del Sinn Fein aceptan en público las palabras de su líder, Gerry Adams, quien reconoció en las últimas horas que "[la crisis] es un fallo de todos porque es un fallo de la política". Para Pat Doherty, destacado dirigente del partido, sólo hay un culpable, Peter Mandelson, por colapsar "ilegalmente" las nuevas instituciones norirlandeses aceptando "el veto unionista". Horas después, el ministro británico limitó las críticas directas a su gestión como un acto de "propaganda" del Sinn Fein, pero intentó al mismo tiempo acortar distancias con el movimiento republicano. "Lo importante es que yo comprendo porqué los nacionalistas están enfadados", dijo en una emisora norirlandesa. El Acuerdo de Viernes Santo de 1998, marco político del proceso, no otorga potestad al ministro británico para suspender el autogobierno, la Asamblea, ni los órganos transfronterizos, y la organización republicana podría emprender una acción judicial contra el Gobierno británico. Esta estrategia resurgió ayer en el transcurso de la reunión de la ejecutiva nacional del Sinn Fein, celebrada en Dublín.

A lo largo de la jornada, los dirigentes republicanos reiteraron su compromiso con el proceso de paz, pero no dieron a conocer los pasos que tomarán para encauzarlo hacia una senda firme. En cuestión está la asistencia de la delegación de Adams y Martin McGuinness a una posible revisión del Acuerdo de 1998, con el autogobierno y el decomiso de las armas como principales puntos que negociar. "Seguiremos involucrados en el proceso, pero no hay ninguna base legal para convocar una revisión", defendió Doherty.

No obstante, la ejecutiva del Sinn Fein relegó para el próximo fin de semana, cuando celebrará un congreso extraordinario de todos sus miembros, la toma de decisión sobre la participación en una negociación cuyo formato y contenidos están aún por definir.

De hecho, la resolución del conflicto se prevé a largo plazo porque, sugirió ayer Mandelson, "la gente necesita un respiro". "Los acontecimientos de los últimos días han sido abrumadores. La gente necesita calentar motores, retomar energía y reflexionar. Espero que entonces seamos capaces de progresar de nuevo". El calendario de festividades irlandesas favorece esta pausa en el proceso que, de hecho, comenzó días atrás. Cada año, los políticos norirlandeses, tanto nacionalistas como unionistas, peregrinan a EE UU en torno a la fiesta de San Patricio, el 17 de marzo. El presidente Bill Clinton actuará, una vez más, de intermediario para un posible acercamiento de las posiciones de Adams y David Trimble, el líder unionista.

Nueve días después de la suspensión de las instituciones norirlandesas, no hay fórmula visible para compaginar dos demandas aparentemente irreconciliables. El Sinn Fein exige la reanudación del autogobierno compartido como primer paso a la entrega de las armas del IRA.

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Interrupción temporal

A pesar del bloqueo, todos los involucrados, tanto líderes norirlandeses como los Gobiernos de Londres y Dublín, mostraron ayer optimismo de poder superar las dificultades. "Es una interrupción temporal...", dijo Trimble desde Minneapolis (Estados Unidos), "Este tema será resuelto eventualmente".

Una vía se entrevé en el horizonte. Retomar la oferta ahora revocada del IRA de "poner las armas fuera de uso" en un contexto que se negociaría en paralelo con la desmilitarización del Ulster, esto es, la retirada progresiva del Ejército británico y la aplicación de la reforma de la policía local. Londres siempre se ha negado a enlazar ambas cuestiones.

Las consecuencias de un prolongado vacío de poder en el Ulster quedaron patentes ayer con el descubrimiento de dos cadáveres, cuyas identidades no se conocían al cierre de esta edición. Los cuerpos estaban junto a la cuneta de una carretera rural, a la salida de un pueblo protestante del condado norirlandés de Armagh. La policía estudiaba los motivos del crimen que, según fuentes de la región, podría deberse a un ajuste de cuentas entre los paramilitares lealistas. De acuerdo con esta teoría, la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF) habría actuado en revancha del asesinato, el mes pasado, de uno de sus dirigentes que atribuyen al grupúsculo Fuerza Voluntaria Lealista (LVF). Ambas organizaciones mantienen oficialmente su respectivo alto el fuego.

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