OPINIÓN DEL LECTOR

Archiveros y documentalistas

El 28 de enero, en estas páginas, la presidenta de la Asociación de Archiveros de Andalucía (AAA) expresaba su perplejidad y manifestaba su rechazo porque en unas próximas oposiciones convocadas por la Junta de Andalucía los archiveros van a ser calificados por documentalistas y bibliotecarios. El hecho denunciado, que es uno más de los muchos despropósitos de la política de personal de la Junta, ni es nuevo, ni puede presentarse como un síntoma de la lucha entre una profesión consolidada y los nuevos perfiles profesionales que la sociedad de la información está demandando. La queja hay que di...

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El 28 de enero, en estas páginas, la presidenta de la Asociación de Archiveros de Andalucía (AAA) expresaba su perplejidad y manifestaba su rechazo porque en unas próximas oposiciones convocadas por la Junta de Andalucía los archiveros van a ser calificados por documentalistas y bibliotecarios. El hecho denunciado, que es uno más de los muchos despropósitos de la política de personal de la Junta, ni es nuevo, ni puede presentarse como un síntoma de la lucha entre una profesión consolidada y los nuevos perfiles profesionales que la sociedad de la información está demandando. La queja hay que dirigirla a la Junta .Para ser documentalista hay que aprobar unas oposiciones de "Archivología" que valen tanto para archiveros como para documentalistas, ya que los responsables de las Consejerías de Gobernación y Cultura no se han percatado de que se trata de dos profesiones diferentes.

El caso del tribunal que subleva a la AAA es antiguo, si bien siempre ha ocurrido a la inversa: en los tribunales de las cinco oposiciones de "Archivología" convocadas en la Junta, entre sus 25 integrantes ha habido 18 archiveros y ningún documentalista. Por otro lado, el tribunal que nos ocupa es el primero paritario (formado por archiveros y documentalistas) y además los documentalistas que forman parte de este tribunal aprobaron en su día precisamente la oposición de "Archivología", subopción "Documentación". Y si hablamos del reparto de aprobados que los anteriores tribunales han hecho, el desequilibrio es más fuerte: 31 plazas para los archiveros, frente a tres para los documentalistas.

Pero no se trata de promover discusiones interprofesionales, sino de denunciar la dejación que la Administración autonómica está haciendo de sus responsabilidades en cuanto a la gestión de la documentación y la información en el seno de sus organizaciones

Volvemos a reivindicar una vez más la separación de ambas opciones, sin embargo, mientras que esto no se produzca, tan legítima es la presidencia del tribunal por un documentalista como por un archivero. - Amalia Buzón, presidenta de la Asociación Andaluza de Documentalistas. Sevilla.

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