Las familias de los náufragos se quejan de falta de información

Los familiares de los náufragos del Zafir expresaron ayer su indignación porque no sabían dónde obtener información. "El armador era italiano y el barco tenía bandera portuguesa y nadie dice nada", señalaban en Santiago de Compostela, en la sede de su única fuente de información, Comercial Marítima del Finisterre, que había gestionado el embarque de la tripulación. También temían que se abandone la búsqueda de los tripulantes o sus cuerpos cuando se consideren nulas las posibilidades de supervivencia.El Zafir era el primer buque mercante en el que se había embarcado Juan Bautista Abuelo Marc...

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Los familiares de los náufragos del Zafir expresaron ayer su indignación porque no sabían dónde obtener información. "El armador era italiano y el barco tenía bandera portuguesa y nadie dice nada", señalaban en Santiago de Compostela, en la sede de su única fuente de información, Comercial Marítima del Finisterre, que había gestionado el embarque de la tripulación. También temían que se abandone la búsqueda de los tripulantes o sus cuerpos cuando se consideren nulas las posibilidades de supervivencia.El Zafir era el primer buque mercante en el que se había embarcado Juan Bautista Abuelo Marcote, de 22 años, el más joven de los tripulantes. Desde niño había sido pescador o mariscador en aguas de la Costa da Morte (A Coruña), "pero ésta era la primera vez que se enrolaba con un sueldo, que hacía buena falta en su casa", recuerdan sus amigos de Fisterra. Después de seis meses de navegación, tenía previsto regresar en unos días a casa. Su madre necesitó ayer atención médica cuando se enteró por un medio de comunicación de que su hijo era uno de los desaparecidos.

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"Sabe nadar"

El hermano del engrasador ferrolano José María Artabe Santalla, de 45 años, también se enteró del naufragio por una llamada de TVE. "Era muy reservado, pero en Navidad se le veía contento porque decía que iba a viajar a Italia", señaló una vecina. También era la primera navegación en un mercante, después de varios años en atuneros, para Carlos Iñarrea Macías, pontevedrés de 31 años. A primera hora de la tarde de ayer, su padre abrigaba aún esperanzas de que su hijo, "que sabe nadar", pudiera ser rescatado, y preparaba el viaje a Italia. Al igual que en estos tres casos, la mayoría de los tripulantes se había enrolado en el carguero el pasado mes de diciembre.

"En general, por lo que conozco, eran marineros experimentados que se enrolaron en el Zafir porque el mar es el único trabajo que conocían, y porque en este sector no hay subsidio de paro", señala el secretario general de la Asociación de Titulados Náutico-Pesqueros, Xosé Manuel Muñiz, que navegó con Francisco Silva Fajardo, natural de Egipto (Boiro, A Coruña), de 42 años, y conocía a otros dos tripulantes de la zona del Barbanza, José Antonio Souto Picos, de 51 años, y José Rodríguez Santos, de 41. "Ahora parece que el único negocio del mar es reducir costes, y por tanto, garantías de seguridad", añade.

Las otras víctimas son José Manuel Pérez Fernández, pontevedrés de 50 años; José Manuel Santos Amarelle, nacido en Montevideo (Uruguay), de 28; Jesús Pensado Pomar, natural de Noia, de 56 años, José Martínez Vicente, de Rianxo, de 37 años; Manuel Pacheco Martínez, de A Guardia, de 26.

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