Una larga jornada para los claustrales

Conviene que las cerca de 300 personas que se sientan en el claustro de la Universidad pública vasca desayunen bien el próximo día 23 porque la jornada se presenta larga. En sus manos estará ese día, y quizá el siguiente, la elección de la persona que sucederá a Pello Salaburu. Casi la mitad (el 48%) de sus miembros son catedráticos o profesores titulares; tras ellos el colectivo más representado (con el 28%) son los estudiantes. El resto de los claustrales representa a los profesores contratados (12%) y al personal administrativo y de servicios (el 12% restante).Para empezar, habrá presentaci...

Conviene que las cerca de 300 personas que se sientan en el claustro de la Universidad pública vasca desayunen bien el próximo día 23 porque la jornada se presenta larga. En sus manos estará ese día, y quizá el siguiente, la elección de la persona que sucederá a Pello Salaburu. Casi la mitad (el 48%) de sus miembros son catedráticos o profesores titulares; tras ellos el colectivo más representado (con el 28%) son los estudiantes. El resto de los claustrales representa a los profesores contratados (12%) y al personal administrativo y de servicios (el 12% restante).Para empezar, habrá presentación de programas electorales. Cada candidato tiene todo el tiempo que quiera, según fuentes del Rectorado, para explicar a los representantes de la comunidad universitaria qué harán con la UPV si ganan. Antes de ese día, los candidatos habrán dado a conocer sus programas en detalle a los diversos miembros del claustro para lograr el compromiso de que les apoyarán.

Una vez los tres hayan terminado de vender sus propuestas comenzará la votación. El candidato que menos papeletas obtenga se caerá de la carrera electoral, siempre y cuando ninguno de los tres logre mayoría absoluta. Prácticamente nadie duda de que se requerirá una segunda vuelta para elegir al rector. De hecho el claustro ya está convocado para el día 23 "y para el 24 si hace falta", según una fuente universitaria.

Justo cuando se convoque la segunda vuelta, las dos listas supervivientes comenzarán otra carrera, más frenética aún: la de conseguir los votos del primer derrotado para lograr la victoria final. Será el momento de las promesas definitivas.

El vencedor final será quien mayor número de votos saque en esta segunda votación. No necesita lograr un mínimo de papeletas, precisaron fuentes del Rectorado.