Crítica:CRÍTICAPOP

Cumpleaños feliz

Fiesta VI Aniversario Tranquilo Niebla Discos. La Muñeca de Sal, Kindergarten y Lo Horrible y lo Miserable. Roxy Club. Valencia, 4 de febrero de 2000.

Cuenta el anecdotario pop valenciano que el debú discográfico de The Mantis vio la luz el mismo día en el que la banda decidió disolverse. Probablemente, ya nadie se acordaría de este grupo de singular trayectoria de no ser porque aquel disco inauguró el catálogo del sello independiente local Tranquilo Niebla. Han pasado seis años desde entonces y la compañía, actualmente capitaneada contra viento y marea por Juan Enrique León y Marisa M...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Fiesta VI Aniversario Tranquilo Niebla Discos. La Muñeca de Sal, Kindergarten y Lo Horrible y lo Miserable. Roxy Club. Valencia, 4 de febrero de 2000.

Cuenta el anecdotario pop valenciano que el debú discográfico de The Mantis vio la luz el mismo día en el que la banda decidió disolverse. Probablemente, ya nadie se acordaría de este grupo de singular trayectoria de no ser porque aquel disco inauguró el catálogo del sello independiente local Tranquilo Niebla. Han pasado seis años desde entonces y la compañía, actualmente capitaneada contra viento y marea por Juan Enrique León y Marisa Moya, se ha convertido en una de las puntas de lanza de la minoritaria, pero siempre fascinante e inquieta, escena alternativa valenciana. Seis años que son casi una eternidad para los responsables de un sello que, pese a haber dado refugio a algunas de las formaciones más arriesgadas y seductoras del firmamento indie local: Polar, Kindergarten, Big Score y Lo Horrible y lo Miserable, jamás han logrado el reconocimiento comercial que siempre se han merecido. A Lo Horrible y lo Miserable -el último fichaje de Tranquilo Niebla, con permiso de los todavía inéditos Inhiba- les tocó abrir la velada ante un público tan reducido como entusiasta. Con esta luz, así se titula su álbum de debú, es una deslumbrante colección de canciones que en directo aún lucen más intimistas, frágiles, melancólicas, desgarradas que en estudio. Pop arrebatador, folk desnudo y, a veces, pinceladas de country devorado por la pena que consigue que hasta el dolor parezca bello. Kindergarten, en cambio, transmiten optimismo y felicidad hasta cuando quieren sonar más deliberadamente raros y experimentales. Lo suyo es el pop inclasificable y con personalidad, pero también deliciosamente saltarín, efervescente y juguetón (Sara o 21 century love song). Lo de la Muñeca de Sal, por otra parte, se veía venir: llegará el día en el que superen definitivamente sus deudas con el siniestrismo más trasnochado -se nota que están en ello- y apuesten por otro tipo de sonoridades igualmente intensas, oscuras y asfixiantes, pero más actuales. Su nuevo repertorio avanza en esta dirección y, encima, sale ganando al prescindir en buena medida de la voz. Seguro que, al final, hasta acaban sorprendiéndonos. Ojalá.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En