Vecinos a la greña
El movimiento vecinal valenciano no parece gozar de su mejor momento, si nos atenemos a las discordias que afloran. Tampoco sería justo exagerarlas, pero ahí están y lo peor es que no se nutren de discrepancias en orden al mejor servicio u objetivos que se pueden cubrir, sino de juicios de intenciones y personalismos. En este caso, la voz disonante -y bien que lo lamentamos- es la de Miguel Wiergo, un veterano de la lucha vecinal y presidente de la no menos veterana asociación del barrio de El Carmen, ofuscado a nuestro entender en ver comisarios políticos por doquier proclives a los socialist...
El movimiento vecinal valenciano no parece gozar de su mejor momento, si nos atenemos a las discordias que afloran. Tampoco sería justo exagerarlas, pero ahí están y lo peor es que no se nutren de discrepancias en orden al mejor servicio u objetivos que se pueden cubrir, sino de juicios de intenciones y personalismos. En este caso, la voz disonante -y bien que lo lamentamos- es la de Miguel Wiergo, un veterano de la lucha vecinal y presidente de la no menos veterana asociación del barrio de El Carmen, ofuscado a nuestro entender en ver comisarios políticos por doquier proclives a los socialistas, como en tiempos pasados se le endosaban al PCE Conociendo el paño, nos tememos que todo el contencioso se cifre en el intento de aventar la impronta progresista que desde su origen ha marcado a estas asociaciones, tradicionalmente soslayadas por la derecha política, por más que ahora pretenda hacerse un hueco en ese espacio. Eso y, claro está, el acceso a las subvenciones públicas. Se les ve el plumero.