Portillo vuelve a la primera línea política como enemigo del euro

El alicaído Partido Conservador celebraba ayer el retorno del ex ministro de Defensa Michael Portillo a la primera fila de la política británica tras una sorprendente reorganización en las filas de la oposición al Gobierno laborista de Tony Blair. Portillo, un eurófobo de 45 años, fue nombrado "canciller del Exchequer en la sombra" (el equivalente en la oposición al ministro de Hacienda) en el equipo del líder tory William Hague, para poner en jaque a Norman Brown, el más importante pilar del Gobierno proeuropeo de Blair.Revitalizar a la oposición y aprovechar el declive de la popularidad de B...

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El alicaído Partido Conservador celebraba ayer el retorno del ex ministro de Defensa Michael Portillo a la primera fila de la política británica tras una sorprendente reorganización en las filas de la oposición al Gobierno laborista de Tony Blair. Portillo, un eurófobo de 45 años, fue nombrado "canciller del Exchequer en la sombra" (el equivalente en la oposición al ministro de Hacienda) en el equipo del líder tory William Hague, para poner en jaque a Norman Brown, el más importante pilar del Gobierno proeuropeo de Blair.Revitalizar a la oposición y aprovechar el declive de la popularidad de Blair tras mil días en el poder parece ser la consigna primordial de Hague, pero su tarea es cualquier cosa menos fácil. El líder de los tories tendrá que guardarse las espaldas ante las nada disimuladas ambiciones de Portillo para llegar a la cúpula del Partido Conservador, y formular una nueva política fiel a los principios del thatcherismo con adaptaciones a la situación actual.

Portillo inauguró su retorno al gabinete "en la sombra" y al grupo de los tories en la Cámara de los Comunes con una promesa de lealtad a Hague y a la tenaz campaña de defensa de la libra esterlina frente a la adopción comunitaria de la moneda única. "Hemos construido una nueva amistad", dijo Portillo, que apareció sonriente junto a Hague poco después de la medianoche. "No creo que haya dos conservadores que piensen con tanta similitud", añadió.

Portillo, que causó un efímero pero sonado escándalo el pasado mes de septiembre tras confesar que durante su juventud tuvo "algunas experiencias homosexuales", declaró el año pasado a EL PAÍS que la adopción del euro iba a "poner fin a la democracia y a los valores británicos". Pero no es sólo su reticencia a la unidad monetaria lo que le convierte en el socio ideal para Hague: Portillo goza de un carisma del que éste carece y que podría ayudar a frenar la hemorragia de electores decepcionados con el actual liderazgo tory.

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