POLÍTICA DE IGUALDAD No basta con ser mujer
Para ser un buen político o política, como para ser un buen profesional, no basta sólo con ser mujer, hay además que saber lo que se hace. Las mujeres, por el hecho de serlo, no somos ni mejores ni peores que los hombres, sino simplemente iguales en deberes y en derechos, aunque nos haya costado mucho conseguir esta igualdad legal, que aún no es real. Hay que reconocer que a nosotras se nos ha exigido más que a los hombres, entre otras razones porque a éstos "el valor" se les supone y las mujeres tenemos que demostrarlo, y eso sí que no es justo... "o todos moros o todos cristianos".Viene esto...
Para ser un buen político o política, como para ser un buen profesional, no basta sólo con ser mujer, hay además que saber lo que se hace. Las mujeres, por el hecho de serlo, no somos ni mejores ni peores que los hombres, sino simplemente iguales en deberes y en derechos, aunque nos haya costado mucho conseguir esta igualdad legal, que aún no es real. Hay que reconocer que a nosotras se nos ha exigido más que a los hombres, entre otras razones porque a éstos "el valor" se les supone y las mujeres tenemos que demostrarlo, y eso sí que no es justo... "o todos moros o todos cristianos".Viene esto a cuento por alguna de las declaraciones de la candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía por el PP, Teófila Martínez, que tiende a confundir su condición de mujer con su condición de política y más exactamente con su condición de candidata, y enseguida que se la critica tacha de machista a aquel que lo hace; puede que en alguna ocasión lleve razón, pero más parece que estuviera utilizando su condición de mujer como una coraza para rehuir los muchos desacuerdos que su trabajo como candidata merece.
Porque es ella misma la que, legítimamente, habla sobre su vida privada, incluso para vanagloriarse de la discreción de la misma. En una reciente entrevista en un periódico decía: "No es que fuera una rojilla al uso, pero en los años sesenta era muy peleona", lo cual no me negarán que resulta divertido, y más dicho por quien también ha afirmado que va a hacer "la revolución" en Andalucía. Ser "peleona" en política parece un poco irrelevante. Queremos saber para qué pelea y por qué. Qué intereses defiende.
La candidata del PP está demostrando que no es una buena política y menos aún sirve para dirigir Andalucía, aunque sea mujer y haya ganado en el Ayuntamiento de Cádiz: en todos los meses que lleva apareciendo diariamente en la prensa no ha dicho nada de interés para el futuro de Andalucía, no ha hecho una sola propuesta seria y concreta; eso sí, sabemos que madruga mucho, que anda muy rápido, que ella misma se arregla el pelo con el secador de mano y que va a hacer 200 mítines en 40 días. En esto parece que intenta equipararse a un torero en plena temporada, que hace más corridas que día tiene el verano; y no es un problema de cantidad, sino de calidad. No se trata sólo de dar muchos besos y abrazos a la gente, hay también que saber resolver sus problemas.
¿Conoce alguien a estas alturas del relato cuál es la Andalucía que Teófila Martínez quiere? Su condición de mujer sólo está sirviendo para poner de relieve lo que realmente piensa la derecha de las mujeres en política, a las que utiliza como escudos humanos o como parapetos o, por qué no decirlo, como floreros para hacernos creer que se lo creen... ya saben que Aznar dijo que él no era partidario de las cuotas porque las mujeres que valen no lo necesitan, porque todas triunfan, de lo cual se deduce que para el PP en Andalucía sólo hay una mujer con capacidad de liderazgo, la propia candidata, puesto que los restantes siete cabeceras de lista son, como se sabe, varones. Todo un ejemplo de cómo entiende el PP eso de compartir el poder entre hombres y mujeres.
Teófila no es peor que otros candidatos del PP, pero tampoco es mejor por el hecho de ser mujer. En ambos casos hay que tener un buen proyecto político para Andalucía y menos publicidad y propaganda.
Amparo Rubiales es diputada socialista por Sevilla en el Congreso.