FÚTBOL Primera División

El Madrid se impone a un desganado Betis

Un excelente gol de Guti tuvo efecto inmediato sobre el juego del Madrid, que venció con comodidad al Betis, cuyo estado es más que preocupante. El Betis se cae a trozos. Pasó por Chamartín con una desgana monumental, sin ningún interés por complicar el partido al Madrid. Pudo hacerlo durante el primer tiempo, infame en todos los aspectos. Los dos equipos hicieron mutis, como si les molestara disputar un encuentro sin gente, entre semana, con frío. Demasiados inconvenientes para los futbolistas de hoy, que no dan un paso al frente cuando las circunstancias no acompañan. Y cuando acompañan, tam...

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Un excelente gol de Guti tuvo efecto inmediato sobre el juego del Madrid, que venció con comodidad al Betis, cuyo estado es más que preocupante. El Betis se cae a trozos. Pasó por Chamartín con una desgana monumental, sin ningún interés por complicar el partido al Madrid. Pudo hacerlo durante el primer tiempo, infame en todos los aspectos. Los dos equipos hicieron mutis, como si les molestara disputar un encuentro sin gente, entre semana, con frío. Demasiados inconvenientes para los futbolistas de hoy, que no dan un paso al frente cuando las circunstancias no acompañan. Y cuando acompañan, tampoco. Porque el partido era ideal para jugadores como Alfonso y Denilson, que pasaron desapercibidos. La actuación de Alfonso fue muy decepcionante. Se borró y no apareció en toda la noche. Por lo visto, no tenía contabilizado este encuentro entre sus obligaciones.Ante la sorpresa del personal, que se temía un bodrio de principio a fin, el Madrid se recuperó en el segundo tiempo. Jugó con ideas y bastante intensidad. Contó con varias ocasiones, marcó dos magníficos goles y elevó la temperatura del encuentro. El público, escaso de número y de ánimo, tomó nota y agradeció el imprevisto interés de su equipo. Todo comenzó en una intercepción que efectuó Redondo, que se lanzó hacia el área con potencia y habilidad, hasta el punto de tener la portería a tiro, cosa muy poco habitual en el medio centro madridista. Pero en el último momento se giró para buscar la apertura hacia Guti, imperial en el remate con la zurda. Allí comenzó otro partido, uno bastante más atractivo.

REAL MADRID 2 BETIS 1

Real Madrid: Iker Casillas; Michel Salgado, Helguera, Julio César (Karanka, m. 10), Roberto Carlos; McManaman, Redondo, Guti, Savio (Meca, m. 77); Morientes y Zárate (Ognjenovic, m. 53). Real Betis: Prats; Otero, Bornes, Crosa, Filipescu; Merino (Karhan, m. 70), Ito, Gálvez (Alexis, m. 70), Luis Fernández (Cuéllar, m. 77); Alfonso y Denilson. Goles: 1-0. M. 47. Guti recibe de Redondo al borde del área y su disparo bate a Prats tras golpear en el poste izquierdo. 2-0. M. 78. Morientes, de cabeza, a pase de Ognjenovic. 2-1. M. 83. Prats, de libre directo. Árbitro: Bueno Grimal. Expulsó a Ito, por doble amonestacion (m 50). Amonestó a Redondo, Ognjenovic, Filipescu y Otero. Unos 30.000 espectadores en el estadio Santiago Bernabéu. Noche gélida. Julio César se retiró lesionado a los siete minutos. Savio también se tuvo que retirar después de sufrir una dura entrada de Otero en el minuto 76.

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La conexión entre Redondo y Guti fue decisiva. Redondo comenzó a cobrar protagonismo, no tanto por su papel como distribuidor como por su abundante presencia en el juego. El efecto contagioso de Redondo se advirtió principalmente en Guti, sin ningún peso hasta el gol. O sin peso donde el Madrid le necesitaba, en los tres cuartos. Guti participaba en el trámite, pero de manera rutinaria. El Madrid necesitaba otra cosa: alguien con capacidad para enchufar a la delantera. El gol tuvo la virtud de establecer los papeles de cada cual: Redondo acaudillando, Guti haciendo daño desde la media punta y los demás girando alrededor de los dos centrocampistas. Así deberían funcionar las cosas en el Madrid si quiere salir del estado de apatía que le ha caracterizado últimamente. Sin excesos, pero con una mejora evidente, el Madrid se transformó con el gol. El juego se volvió más rápido y todo el mundo se envolvió en el partido. Las ocasiones comenzaron a producirse con una frecuencia que resultó excesiva para el Betis, que no disponía de ningún plan. Ni para atacar, ni para defender. Y lo que menos necesitaba su apatía era la excusa de una expulsión. Poco después del tanto de Guti, Ito cortó con la mano un contragolpe y fue expulsado. Durante la siguiente media hora, el Madrid llegó a la portería de Prats con tanta frecuencia que el segundo gol parecía inminente en cada jugada. No ocurrió así porque la gente se adornó en exceso, porque se fallaron algunos remates sencillos o porque Prats sacó alguna mano rápida. Pero la autoridad del Madrid era indiscutible.

El tanto de Morientes pareció dar finiquito al partido. Un excelente gol, por otro lado. Ognjenovic metió un centro perfecto y Morientes lo cabeceó de manera contundente, sin remedio para el portero. El Madrid había llegado a ese punto sin ninguna dificultad, con treinta minutos de fútbol decente y sin un rival digno de tal nombre. Pocas veces se ve con tranta claridad el desánimo y el abandonismo de un equipo. El Betis aceptó sin rechistar el gobierno del Madrid sobre el encuentro y esperó el final sin ningún brote de orgullo. Un mal equipo en todos los sentidos, comenzando por la actitud de sus futbolistas.

Sólo a última hora le entró algún apremio. El portero Prats hizo honor a la potencia de su disparo y transformó una falta, la segunda que anota esta temporada. Fue un tiro violento que encontró la ayuda de Casillas. Sólo en ese instante el Betis dio señales de vida. El partido cobró emoción durante los cinco minutos. El Madrid no se sentía seguro de su victoria y el Betis apuró sus opciones con la voluntad que le había faltado hasta entonces. Por fin había partido, o lo que se espera de un encuentro de Liga entre dos clásicos del fútbol español. Finalmente, nada cambió. El Betis no merecía en tan poco tiempo la recompensa a tanta dejadez anterior.

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