Tribuna:

Octavo arte

JOSÉ MANUEL ALONSO

La voluntad de contar historias valiéndose de imágenes ha sido una constante de la humanidad. Algunos especialistas creen ver en las pinturas rupestres los antecedentes remotos del cómic, un medio de expresión visual característico del siglo XX en el que participan casi por igual elementos gráficos y escritos, y en el que se conjuga la simplicidad de las historias con la belleza e inmediatez de la imagen. Por eso, el cómic, que algunos denominan octavo arte y que se utiliza incluso como medio de aprendizaje lingüístico, se hace accesible y popular sobre todo a partir ...

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JOSÉ MANUEL ALONSO

La voluntad de contar historias valiéndose de imágenes ha sido una constante de la humanidad. Algunos especialistas creen ver en las pinturas rupestres los antecedentes remotos del cómic, un medio de expresión visual característico del siglo XX en el que participan casi por igual elementos gráficos y escritos, y en el que se conjuga la simplicidad de las historias con la belleza e inmediatez de la imagen. Por eso, el cómic, que algunos denominan octavo arte y que se utiliza incluso como medio de aprendizaje lingüístico, se hace accesible y popular sobre todo a partir de que en 1896 se publicara la primera historieta en un periódico.

Enero es mes de cómic, porque en estos días se abre la temporada de muestras de artistas y obras, de exhibiciones. Se hace con la celebración del Salón de Angulema, que supone el comienzo de este tipo de certámenes en Europa y que continúa en Grenoble, Barcelona y Sierre (Suiza). Y es de nuevo ahora, en estos días, cuando los muchos artistas del cómic vasco preparan sus maletas para mostrar sus últimos trabajos en esos salones. Y siempre con éxito, porque contamos con muchos y grandes dibujantes y guionistas, incluso con revistas de mucha difusión que se editan aquí. Por eso, aún pecando de ingenuo, siempre he pensado en el éxito que tendría un salón del cómic anual en cualquiera de nuestras capitales o incluso en algunos pueblos de la comunidad vasca y/o Navarra. Podría pensarse en hacer esa muestra de forma alterna cada año en Bilbao, Pamplona, San Sebastián y Vitoria, creándo entre ellas una sana competitividad. La primera podría ser Vitoria, que es donde las instituciones locales están más sensibilizadas, no sólo por la voluntad de los creadores sino porque han organizado ya distintas muestras, y por un detalle más, significativo: al cumplirse los cien años de la historia del cómic, en 1996, la revista oficial del Ayuntamiento de Vitoria editó un amplio número monográfico en el que se mostraba visual y periodísticamente el trabajo de muchos de sus artistas, así como las revistas y libros que se editan en Álava sobre el octavo arte.

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