Tribuna:

De las pieles

Quisiera felicitar a Carmelo Encinas por su columna del 15 del corriente, titulada Pieles. Las reflexiones que en ella expone tienen tanto sentido común que seremos muchos los que estemos de acuerdo con ellas y nos hagan sentir agradecimiento (sobre todo aquellas personas que hicimos de las pieles nuestro medio de ganarnos la vida).Hace ya algunos años el filósofo Savater advertía de la corriente ecologista en un artículo titulado Ecolatría, publicado en El País Semanal.

El título en sí era suficiente expresión del contenido del mismo (naturalmente, hay diferentes grados de fanatismo: e...

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Quisiera felicitar a Carmelo Encinas por su columna del 15 del corriente, titulada Pieles. Las reflexiones que en ella expone tienen tanto sentido común que seremos muchos los que estemos de acuerdo con ellas y nos hagan sentir agradecimiento (sobre todo aquellas personas que hicimos de las pieles nuestro medio de ganarnos la vida).Hace ya algunos años el filósofo Savater advertía de la corriente ecologista en un artículo titulado Ecolatría, publicado en El País Semanal.

El título en sí era suficiente expresión del contenido del mismo (naturalmente, hay diferentes grados de fanatismo: entre los defensores de la fe (su fe), vudús, horóscopos y demás zarandajas y los defensores de los animales, siempre que éstos sean moderados). Mas sería bueno que aprendiéramos, ya desde la infancia, que la subsistencia se consigue sirviéndonos de las especies -flora y fauna- tanto terrestres como marinas y que han de ser cultivadas racionalmente (en equilibrada proporción) para posibilitar la vida de la humanidad.

Las sociedades protectoras o defensoras de animales y plantas habrán de estar de acuerdo en que hay que sacrificar animales sin destruir las pieles; en que hay que cortar las verduras algunas por el tallo; en que hay que podar los árboles incluso talarlos, etcétera. La necesidad lo exige.

Otra cosa son esos ciudadanos o empresas faltos de escrúpulos que en beneficio propio ensucian y contaminan, haciendo fosas sépticas permeables; vertiendo ácidos industriales a los ríos, o navegando por el mar con barcos viejos que se rompen cuando van cargados con miles de toneladas de petróleo. Contra esos irresponsables deberían, deberíamos, ir todos, no contra el empleo de pieles, que no dañan a ningún medio ambiente.- Bernabé Lorenzo González. Madrid.

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