Gil vetó obras por no ajustarse al PGOU de 1986, que no reconoce

La comisión de gobierno del Ayuntamiento de Marbella denegó 15 licencias de obra porque no se ajustaban al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1986, pese a que Jesús Gil niega su validez. Sin embargo, ese mismo día y en la misma comisión, los concejales del GIL otorgaron una licencia para una promoción urbanística en la finca conocida como Pecho de las Cuevas que infringía el citado Plan.

Las obras del Pecho de las Cuevas, que el Plan de 1986 designaba como zona verde, fueron paralizadas hace dos meses por un juez de Marbella tras las denuncias de Los Verdes, el PSOE y más de 14...

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La comisión de gobierno del Ayuntamiento de Marbella denegó 15 licencias de obra porque no se ajustaban al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1986, pese a que Jesús Gil niega su validez. Sin embargo, ese mismo día y en la misma comisión, los concejales del GIL otorgaron una licencia para una promoción urbanística en la finca conocida como Pecho de las Cuevas que infringía el citado Plan.

Las obras del Pecho de las Cuevas, que el Plan de 1986 designaba como zona verde, fueron paralizadas hace dos meses por un juez de Marbella tras las denuncias de Los Verdes, el PSOE y más de 140 ciudadanos. La concesión de esta licencia motivó la protesta de 5.000 vecinos. El consejero de Gil en su polémica con la Junta de Andalucía sobre la validez del Plan de 1986 fue su ex abogado José Luis Sierra, que mientras actuó como asesor jurídico del Ayuntamiento siempre sostuvo que el plan no era válido porque no había llegado a publicarse.

Para Sierra, "carece de sentido" que la comisión de gobierno denegase estos 15 permisos por violar este PGOU. "Conceden unas licencias en virtud del Plan de 1986 y deniegan otras porque dicen que no existe, de forma que están utilizando este documento para expropiar o imponer sanciones y demoliciones. Esto demuestra que las licencias se dan porque alguien fuera de la comisión llamado Jesús Gil dice "esa sí" o "esa no".

Sierra se sometió ayer a una prueba caligráfica a fin de comprobar si son suyas las cuatro firmas que aparecen en un documento del Ayuntamiento de 1992 en el que se exigía que cualquier licencia se supeditase a un informe jurídico suyo. El abogado calificó de "falso" el documento y aseguró que "el propio juez ha indicado que tres de las cuatro firmas del escrito son de manos distintas". Sierra cree que Gil pretende inculparlo en los 60 procedimientos abiertos por la concesión de licencias ilegales.

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