"Que no se quejen del fracaso escolar los padres que nunca leen"

Lolo Rico, escritora y realizadora de televisión, presentó ayer en San Sebastián su último trabajo Si tu hijo te pide un libro, con el que trata de ayudar a los padres en su formación lectora y a los futuros lectores en conocer algunas de las grandes obras literarias, que han sido capaces de desarrollar la imaginación de miles de jóvenes y de ayudarles a aprender a amar la literatura.Pregunta. ¿Que trata de lograr con esta obra?

Respuesta. Para aficionarse a la lectura hay que difundir y creo que los chicos deben saber que hay libros apasionantes, libros que les pueden interesar mucho. ...

Lolo Rico, escritora y realizadora de televisión, presentó ayer en San Sebastián su último trabajo Si tu hijo te pide un libro, con el que trata de ayudar a los padres en su formación lectora y a los futuros lectores en conocer algunas de las grandes obras literarias, que han sido capaces de desarrollar la imaginación de miles de jóvenes y de ayudarles a aprender a amar la literatura.Pregunta. ¿Que trata de lograr con esta obra?

Respuesta. Para aficionarse a la lectura hay que difundir y creo que los chicos deben saber que hay libros apasionantes, libros que les pueden interesar mucho. Y eso se consigue con las obras de literatura que son complejas, que tienen un interés en sí mismas. Hay muchos libros que pueden arrastrar a la lectura a los adolescentes. Por eso escribí este libro, pensando qué aconsejar a los padres, a los profesores y a los propios interesados a la lectura de determinadas obras de la literatura.

P. En su libro hay dos partes diferenciadas.

R. Una teórica en la que hablo del aprendizaje de la lectura y, sobre todo, de los grandes descubrimientos que han cambiado la conciencia de la humanidad a lo largo de la historia: la escritura, la imprenta y la imagen. Y otra, en la que recomiendo libros. Para los más pequeños sin duda el cuento narrado, desde los que escribieron los hermanos Grimm o los más populares de la tradición oral; para esa segunda etapa de la infancia algunos como los de Beatriz Potter, cuentos tan ambiguos e inquietantes. Y para adolescentes, un tercer estante que va desde Canción de Navidad, de Charles Dickens, a El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.

P. ¿Es bueno obligar a leer en los colegios?

R. En una clase de literatura debe haber una obligación, pero de leer obras que sean interesantes y de conocerlas allí mismo, o de recomerdarlas para leer en casa. Lo que no tiene sentido es que les obliguen a conocer autores clásicos, que ni por su lenguaje ni por el tema tienen interés para un chico de hoy, que se pasa cuatro horas delante de la televisión y que, además, le pongan ejercicios de texto. Eso me parece malo, creo que en una clase de literatura es obligada la lectura y , sin embrago, no hay que hacer comentarios vacíos, ridículos y que, a determinadas edades, no van a aportarle nada, porque van a ser los únicos que hagan en su vida y posiblemente los únicos libros que lean también.

P. ¿Existe relación entre el fracaso escolar y la falta de lectura?

R. Precisamente, ha sido el hecho del fracaso escolar, tan frecuente y tan dramático, lo que me hizo pensar en escribir este libro. De cada tres niños uno abandona los estudios, aquel chaval que no ha leído por gusto, por satisfacción, por divertimento es imposible que luego lea por obligación, entre otras cosas porque se ha convertido ya en un analfabeto funcional. Consiguen juntar letras, formar palabras, pero no saben interpretar lo que dicen. Si no te ha gustado leer y no tienes el hábito difícilmente vas a poder estudiar.

P. ¿Es necesaria una reforma del sistema escolar?

R. Creo que hay que replantearse el sistema educativo al menos en este aspecto de la lectura. Es obligada y urgente hacerla partiendo del momento en que los niños aprenden a leer.

P. ¿Qué responsabilidad tienen los padres que nunca leen?

R. Que no se quejen del fracaso escolar, que acepten que sus hijos sean unos tarugos, unos chicos que se pondrán delante de la pantalla y no saldrán de ahí y tendrán unos conocimientos muy limitados. Alguien les tendrá que decir que sus hijos fracasan, en un alto porcentaje, porque no asimilan lo que leen, y así no se puede estudiar. Hay que contarles cuentos y cuentos pueden ser también los que no están escritos, porque cuento es la película que has visto y la reconviertes en historia, lo que pasó a tu abuelo, cuento es todo lo cotidiano. Hay un lenguaje familiar que no debe perderse y no debe ser sustituido por la televisión.

P. ¿ Apuesta por compartir televisión y lectura?

R. La televisión enseña un lenguaje, que a veces es una aberración, y una forma de conocimiento, de ver la vida, el mundo, la realidad. El libro muestra otro que es secuencial, que enseña a razonar. Los dos sistemas hacen falta para ser sensible a la existencia en todos sus apectos.

P. ¿Se están haciendo actualmente en televisión programas infantiles que enseñen a los niños?

R. Lo que se está realizando en televisión a mí me parece terrible. Se han sustituido los programas infantiles tradicionales por esa cosa amorfa, que es como para todos los públicos, y que consigue que los niños no crezcan en el conocimiento y los adolescentes y adultos tengan una regresión.