"¡Beben y beben y vuelven a beber!"

Fiesta y canto había en la plaza Mayor, uno de los puntos tradicionales de encuentro de los jóvenes. Varios miles de estudiantes acudieron ayer a la plaza a partir de las 11.30, diciendo adiós a la disciplina escolar y entonando sus particulares villancicos. Un enorme despliegue de policías municipales estuvo presente para vigilar las entradas a la plaza y revisar bolsos y mochilas. Los puestos del mercado de Navidad quedaron cerrados durante todo el día. Algunos turistas mostraban una evidente perplejidad ante tanto ajetreo juvenil.El alivio de haber dejado atrás las clases y las ganas de fie...

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Fiesta y canto había en la plaza Mayor, uno de los puntos tradicionales de encuentro de los jóvenes. Varios miles de estudiantes acudieron ayer a la plaza a partir de las 11.30, diciendo adiós a la disciplina escolar y entonando sus particulares villancicos. Un enorme despliegue de policías municipales estuvo presente para vigilar las entradas a la plaza y revisar bolsos y mochilas. Los puestos del mercado de Navidad quedaron cerrados durante todo el día. Algunos turistas mostraban una evidente perplejidad ante tanto ajetreo juvenil.El alivio de haber dejado atrás las clases y las ganas de fiesta se expresaron en las caras de los chicos y chicas, y algunos subrayaron aún más su felicidad cantando villancicos como Los peces en el río, entonando con sarcasmo lo de "beben y beben y vuelven a beber" o vistiéndose como Papá Noel. Así lo hicieron, por ejemplo, Beatrice y Elisa, del colegio Santa María del Pilar. Con sus pelucas largas y grises y gorras rojas, las dos muchachas recibieron miradas de admiración por parte de los chicos y de envidia por parte de las chicas.

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Uniformados

Algunos jóvenes se sintieron molestos por el fuerte control policial. "Los años pasados no había tantos uniformados por aquí", lamentaron Arantxa, Cristina y Elena, alumnas del colegio Cervantes. Por eso no quisieron quedarse mucho tiempo en la plaza Mayor, y prefirieron marcharse a otras zonas con menos control.

"Es normal que los estudiantes vengan y se vayan enseguida. La plaza Mayor no es un sitio de estancia, sino más bien el primer punto de encuentro para ellos", aseguró el comisario jefe de Centro, José Luis Morcillo. Según justificó Morcillo, el fuerte control en este lugar es importante para limitar el consumo de alcohol entre los estudiantes. La policía informaba a los dueños de los bares de la zona de que la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad podría acarrearles multas de cinco millones de pesetas.

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