Un chico de 13 años tirotea a sus compañeros de clase y hiere a cinco en un instituto de Oklahoma

Las severas medidas de seguridad adoptadas a comienzo de este curso en miles de escuelas e institutos de EE UU no están logrando eliminar la plaga de violencia gratuita protagonizada por adolescentes armados. En el último episodio por ahora, un chico de 13 años hirió ayer a balazos a cinco condiscípulos en un instituto de Fort Gibson, a unos 70 kilómetros de Tulsa (Oklahoma). El agresor fue detenido por el guarda jurado del centro.Al cierre de esta edición, la policía no había facilitado la identidad del asaltante, pero Steve Wilmoth, director del centro, declaraba no saber que el muchacho tuv...

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Las severas medidas de seguridad adoptadas a comienzo de este curso en miles de escuelas e institutos de EE UU no están logrando eliminar la plaga de violencia gratuita protagonizada por adolescentes armados. En el último episodio por ahora, un chico de 13 años hirió ayer a balazos a cinco condiscípulos en un instituto de Fort Gibson, a unos 70 kilómetros de Tulsa (Oklahoma). El agresor fue detenido por el guarda jurado del centro.Al cierre de esta edición, la policía no había facilitado la identidad del asaltante, pero Steve Wilmoth, director del centro, declaraba no saber que el muchacho tuviera problemas. También se desconocían los motivos de su acción, pero es probable que, como en la mayoría de casos similares, fueran tan banales como un enfado con algún profesor o algún compañero o el deseo de reproducir alguna escena del cine, la televisión o los videojuegos.

A las 7.45 de la mañana, antes de empezar las clases, el agresor, con una pistola del calibre 9 milímetros, comenzó a disparar contra sus compañeros concentrados a la entrada. Cinco resultaron heridos antes de que el asaltante fuera reducido. La policía le trasladó a la comisaría y se limitó a informar de su edad y de que le fue incautada el arma.

Entre las víctimas figuran una chica de 12 años, herida en el hombro izquierdo; un chico de de la misma edad, alcanzado por dos balazos en cada brazo, y dos chicos de 13, uno herido en una mano y otro en una pierna. El quinto sólo sufrió rasguños provocados en la confusión. Anoche no peligraba la vida de ninguno de ellos.

Fort Gibson es una comunidad rural de 3.500 vecinos.. Sus habitantes la describían anoche como tranquila, conservadora y religiosa. El instituto cuenta con unos 450 estudiantes. Este escenario de muchachos aparentemente normales, hijos de la clase media en localidades tranquilas del país profundo, es el clásico de la ola de violencia escolar que sacude EE UU.

El pasado abril, EE UU se conmocionó cuando dos estudiantes mataron a 13 personas y luego se suicidaron en el instituto Columbine, de Littleton, en Denver (Colorado). Las modestas medidas para controlar el acceso de armas que propuso Bill Clinton jamás fueron aprobadas por el Congreso, cuya mayoría republicana se plegó a las presiones de la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), que preside el actor Charlton Heston. La única reacción a aquella y otras matanzas fue la implantación en miles de centros de arcos detectores de metales, así como circuitos cerrados de televisión y la incorporación de guardas jurados armados.

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