EL FUTURO DEL COMERCIO MUNDIAL

Un barrio sitiado

El exceso policial provocó en la madrugada de ayer la indignación de vecinos ajenos por completo a las protestas ecologistas y sindicalistas contra la mundialización de la economía en beneficio de las multinacionales.Persiguiendo a unas docenas de manifestantes, las falanges negras de la policía de Seattle penetraron en el barrio de Capitol Hill, situado a 2 kilómetros del Centro de Convenciones y habitado por personas de clase media alta. Los policías dispararon allí decenas de granadas lacrimógenas y maltrataron a los que salían a ver qué pasaba. Se ensañaron especialmente con los habitantes...

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El exceso policial provocó en la madrugada de ayer la indignación de vecinos ajenos por completo a las protestas ecologistas y sindicalistas contra la mundialización de la economía en beneficio de las multinacionales.Persiguiendo a unas docenas de manifestantes, las falanges negras de la policía de Seattle penetraron en el barrio de Capitol Hill, situado a 2 kilómetros del Centro de Convenciones y habitado por personas de clase media alta. Los policías dispararon allí decenas de granadas lacrimógenas y maltrataron a los que salían a ver qué pasaba. Se ensañaron especialmente con los habitantes concentrados en las calles, que se negaban a entrar en sus domicilios.

Su comportamiento consiguió que los vecinos se sumaran a los manifestantes y exigieran a las fuerzas de seguridad que abandonaran la zona. Según una cadena de televisión local, uno de sus periodistas, Kevin McCarty, y el cámara que le acompañaba fueron golpeados con porras, a pesar de haber mostrado su carné de prensa.

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Uno de los residentes de este barrio, Skye Farr, declaró que se encontraba justo en la salida de su casa para ver qué ocurría cuando fue rociada con gases lacrimógenos. El consejo del barrio anunció que va a reunirse para exigir la dimisión del jefe de policía, Norman Stamper, por su modo de controlar la situación.

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