TRIBUNALES

20 años de cárcel para un hombre que abusó de sus dos hijas

La Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a 20 años de cárcel a un hombre de 51 años, acusado de abusos sexuales continuados contra dos de sus hijas desde que cumplieron los nueve años hasta que alcanzaron los 12. Los hechos ocurrieron a partir de 1992, cuando el acusado comenzó a realizar con una hija de nueve años prácticas consistentes en caricias en la zona genital, obligándola a masturbarle y en ocasiones con penetración vaginal.Estos acontecimientos se repitieron hasta que la niña cumplió los 12 años. El mismo tipo de abusos se produjeron con la siguiente hija del matrimonio a partir ...

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La Audiencia Provincial de Jaén ha condenado a 20 años de cárcel a un hombre de 51 años, acusado de abusos sexuales continuados contra dos de sus hijas desde que cumplieron los nueve años hasta que alcanzaron los 12. Los hechos ocurrieron a partir de 1992, cuando el acusado comenzó a realizar con una hija de nueve años prácticas consistentes en caricias en la zona genital, obligándola a masturbarle y en ocasiones con penetración vaginal.Estos acontecimientos se repitieron hasta que la niña cumplió los 12 años. El mismo tipo de abusos se produjeron con la siguiente hija del matrimonio a partir de 1993. La sentencia señala que estos abusos ocurrieron tanto en el domicilio familiar de Jaén como en casa de otros familiares donde el padre residía al estar separado de su esposa.

Las niñas, que estuvieron representadas en el juicio por una abogada de la Asociación de Ayuda a Mujeres Violadas (AMUVI), sufrieron como consecuencia de los abusos "síntomas de ansiedad, molestias y trastornos, con rechazo de la figura del hombre", según los informes psicológicos aportados a la causa.

Por ello, la Audiencia impone al padre el pago de una indemnización de seis millones de pesetas a cada hija, así como la pérdida de la patria potestad durante cinco años y la prohibición de volver al lugar de residencia durante otros cinco años.

Los jueces se basan en la declaración "firme y sin fisuras" del las niñas, que, "pese a las acciones realizadas sobre ellas, conservaban el afecto y respeto a su padre, aunque no podían comprender por qué había obrado así con ellas".

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