PATRIMONIO

El hallazgo de aguas subterráneas demora la nueva cimentación del Casón del Buen Retiro

El hallazgo de aguas subterráneas bajo el Casón del Buen Retiro, adscrito al Museo del Prado, demorará la culminación de sus obras de cimentación, según confirmó a este periódico Ana Pastor, subsecretaria del Ministerio de Cultura. Un muro de contención hormigonado será construido para aislarlo de filtraciones. Al fin de las obras, dentro de dos años, el Casón contará con un nuevo acceso, que marcará la inversión de la circulación de sus visitantes por su interior. Sus servicios de almacenamiento, oficinas y dependencias del personal serán instalados en tres sótanos.

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El hallazgo de aguas subterráneas bajo el Casón del Buen Retiro, adscrito al Museo del Prado, demorará la culminación de sus obras de cimentación, según confirmó a este periódico Ana Pastor, subsecretaria del Ministerio de Cultura. Un muro de contención hormigonado será construido para aislarlo de filtraciones. Al fin de las obras, dentro de dos años, el Casón contará con un nuevo acceso, que marcará la inversión de la circulación de sus visitantes por su interior. Sus servicios de almacenamiento, oficinas y dependencias del personal serán instalados en tres sótanos.

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El hallazgo inesperado de aguas subterráneas a unos veinte metros de profundidad ha alterado el ritmo de las obras de consolidación y mejora del Casón del Buen Retiro, edificio singular del barrio de los Jerónimos de la capital, integrado en los recintos pertenecientes al Museo del Prado. Las aguas halladas se encuentran a la altura de un estrato arcilloso impermeable, a partir de los 18 metros bajo la cota del suelo. Para contenerlas ha sido preciso construir alrededor de sus alas laterales muros paralelos subterráneos de hormigón que envolverán la cimentación y la aislarán de los efectos de sus escorrentías."La vía de agua fue detectada recientemente, tras una alteración del proyecto inicial de ampliación, obra del arquitecto Jaime Tarruel, que preveía la construcción de dos sótanos bajo el edificio del Casón", señala Ana Pastor. "La ejecutiva del Prado (el Patronato) pidió que en vez de añadirle dos sótanos bajo rasante, como el proyecto inicial preveía, se añadieran tres en total", explica la subsecretaria. "Ello hizo que el arquitecto modificara sus planes. Una vez adaptados a esa nueva petición, tras realizar un nuevo estudio geotécnico de la zona así ampliada, se detectó la presencia del agua, lo cual implicó la construcción de lo que los técnicos denominan una "tarjea perimetral", explica la subsecretaria. "Consiste en un muro de contención a unos dos metros de distancia del perímetro tratado que permite aislarlo de filtraciones. Sólo de esta forma", añade Ana Pastor, "los almacenes, oficinas y servicios que ocuparán esos tres sótanos quedarán protegidos eficazmente de los efectos de esas aguas".

Un árbol de los pantanos

Toda esa zona del Retiro recibe filtraciones de aguas procedentes del gran estanque y de otras fuentes menores cercanas al parterre. Tales cautelas no parecen haber sido tenidas en cuenta antes de culminar los estudios hidrogeológicos realizados allí. El Casón, mientras tanto, muestra profundas catas en su gran sala central interior. A unos cien metros en línea recta de la fachada del Casón, sobre el contiguo parque del Retiro, crece el Taxodium mucronatum, uno de los árboles más veteranos de Madrid. Data de mediados del siglo XVII. Pertenece a una especie vegetal que crece en pantanos o en zonas con una capa freática húmeda de grandes dimensiones situada a corta distancia del suelo. Este hecho permitía presuponer dificultades a la hora de excavar el Casón, por la proximidad de aguas subterráneas, según algunos expertos.Todo ello, junto a las obras de consolidación de las pinturas de la bóveda de su sala central, realizadas por Lucas Jordán a finales del siglo XVII, una alegoría sobre la Orden del Toisón de Oro, demorará aproximadamente dos años la culminación de las actuaciones sobre su cubierta, iniciadas en 1996, y las que se efectúan sobre sus cimientos, comenzadas la pasada primavera. "La magnífica decoración de Lucas Jordán debe ser previamente consolidada de manera eficaz para evitar que surjan ulteriores problemas", explica Ana Pastor. Durante las obras de su techado, la colección pictórica del siglo XIX que el Casón exhibía desde los años setenta, permaneció abierta al público, hecho que dificultó su posterior traslado a dependencias del antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo.

Las modificaciones introducidas para eludir los nuevos problemas han exigido el recubrimiento del complejo sistema de micropilotes dispuestos en la cimentación previa, con un encamisamiento a base de hierro perdido sin el cual el hormigón no fragua, agrega la responsable ministerial. Dada la configuración del terreno, la nueva cimentación acometida asentará el Casón definitivamente. "No hay amenaza alguna sobre su estructura", puntualiza la subsecretaria de Cultura.

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Asimismo, destaca que, una vez culminada la rehabilitación, el Casón contará con nuevos espacios para nuevas salas de exposiciones, incluida una espléndida saleta hipóstila que antes albergaba las calderas. "El Casón continuará exhibiendo las colecciones del siglo XIX". Se ganará una nueva entrada sobre la fachada a la plazoleta, y los lucernarios, antes sellados, que permitirán contemplar su bóveda.

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