La fiesta del milenio arrancará en Cibeles para morir en plaza de Castilla

París iluminará todos los puentes del Sena; Londres prepara desde hace dos años una gigantesca cúpula festiva bajo la que se cobijará hasta Tony Blair. Más modesto, Madrid recibirá el fin del milenio con un espectáculo de luces y sonido de media hora en Cibeles y en el que no participará, como estaba previsto, Marta Sánchez. Después habrá orquestas en la plaza de Castilla. A falta de 35 días para el 2000, el Ayuntamiento ultima los detalles de su fiesta.

El alcalde, José María Álvarez del Manzano, y el primer teniente de alcalde, José Antonio Gómez-Angulo, ambos del PP, llevan aún en se...

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París iluminará todos los puentes del Sena; Londres prepara desde hace dos años una gigantesca cúpula festiva bajo la que se cobijará hasta Tony Blair. Más modesto, Madrid recibirá el fin del milenio con un espectáculo de luces y sonido de media hora en Cibeles y en el que no participará, como estaba previsto, Marta Sánchez. Después habrá orquestas en la plaza de Castilla. A falta de 35 días para el 2000, el Ayuntamiento ultima los detalles de su fiesta.

El alcalde, José María Álvarez del Manzano, y el primer teniente de alcalde, José Antonio Gómez-Angulo, ambos del PP, llevan aún en secreto y sin perfilar del todo el desarrollo de la celebración municipal del nuevo milenio. En un principio se planeó un espectáculo de luz y sonido que iba a durar unas tres horas en la plaza de Cibeles, con la Castellana cortada al tráfico. Con rayos láser, cañones de luz y proyecciones sobre la fachada del edificio de Correos, el equipo que diseñaba la fiesta había pensado hasta en la cantante Marta Sánchez para que, subida en una pasarela montada al efecto, terminara la celebración de bienvenida al nuevo milenio en una suerte de apoteósico final.Pero la prudencia de los responsables municipales ha arrinconado este plan primigenio. Gómez-Angulo aseguró ayer que los problemas de tener cerrada tanto tiempo una vía clave de la ciudad -la Castellana- en una madrugada tan señalada y sobre la que se cierne todo tipo de malos presagios por el denominado efecto 2000 han decidido un montaje más modesto.

De manera que el espectáculo de luz y sonido que se desarrollará en Cibeles durará alrededor de media hora y consistirá, casi exclusivamente, en la proyección, sobre la fachada del edificio de Correos, de capítulos representativos de la historia de la capital, según aseguraron ayer fuentes cercanas a los organizadores. Terminada esta parte de la fiesta, ésta se trasladará más al norte, a la plaza de Castilla.

Esta plaza, menos decisiva para la circulación de los coches en Madrid que la Castellana, servirá para albergar las actuaciones en vivo. El concejal Gómez-Angulo ya avisó a los madrileños de que no esperen grupos de fuste o artistas de primera fila debido a los pocos días que quedan para el fin del milenio y a la falta de cantantes disponibles en estas fechas. Las mismas fuentes cercanas a los organizadores auguran orquestas de samba y de salsa y pronostican un recorte mayor si el Ayuntamiento no se da prisa por decidir, ya de una vez, el desarrollo exacto de la fiesta. "Cada vez queda menos tiempo y los equipos de luz y de sonido se encarecen", indican.

"Haremos el ridículo"

"Con distintas fiestas, en Berlín harán una metáfora de la unión de Alemania; en París lograrán convertir a esa ciudad en la vanguardia de Francia; Londres intentará convencer de que el Reino Unido sigue al frente de la tecnología. En Madrid, además del ridículo, vamos a hacer una pachanguita. Es lamentable", comentó ayer el concejal socialista Rafael Simancas. "Y lo peor es el erratismo y la imprevisión, porque cada día nos enteramos de una fiesta distinta", añadió.

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