Rouco anuncia que sonarán todas las campanas para recibir el tercer milenio
Si las fiestas mundanas empiezan con la lectura del pregón por un famoso, la Iglesia católica inició anoche su gran celebración de la entrada en el tercer milenio. El pregonero fue el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y el escenario, la remozada catedral de Santa María la Real de la Almudena, donde entrada la noche el cardenal reunió a medio centenar de los 113 obispos españoles y a numerosas autoridades civiles, entre ellas la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante.Rouco, como la mayoría de los mortales, siente la emoción de entrar en un nuevo milenio. Anoch...
Si las fiestas mundanas empiezan con la lectura del pregón por un famoso, la Iglesia católica inició anoche su gran celebración de la entrada en el tercer milenio. El pregonero fue el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y el escenario, la remozada catedral de Santa María la Real de la Almudena, donde entrada la noche el cardenal reunió a medio centenar de los 113 obispos españoles y a numerosas autoridades civiles, entre ellas la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante.Rouco, como la mayoría de los mortales, siente la emoción de entrar en un nuevo milenio. Anoche invitó a hacerlo con esperanza y al margen de antiguos errores. Para empezar, el cardenal anunció que "al mediodía de la solemnidad de la próxima Natividad del Señor sonarán las campanas de las espadañas y torres de los templos de todas las diócesis de la Iglesia en España".
El manoseado debate sobre cuál sería el momento en que se sitúa el paso del segundo al tercer milenio de la era cristiana se ha decidido en contra de los astrónomos y sin mayores apelaciones al legendario monje del siglo VI Dionisio el Exiguo, llegado de Crimea a Roma con el encargo del papa Gelasio I de reformar el calendario y fijar un comienzo a la Era Cristiana.
Así que el tercer milenio de la Iglesia empieza con ese anunciado repique de las campanas de España por el bimilenario del nacimiento de Cristo, repique que al cardenal le parece un "sencillo signo" y "señal de un comienzo" en el que "todos puedan ver y palpar el testimonio de los católicos dispuestos a crecer en su fe, acrecentar su esperanza y atestiguar su caridad".