El PP vasco aprovecha la transferencia de la A-8 a Euskadi para reafirmar la vigencia del Estatuto

Año y medio después de que Euskadi recibiera su última transferencia del Gobierno central, ayer se volvió a repetir la ceremonia. La Comisión Mixta de Transferencias, que encabezan el ministro para las Administraciones Públicas, Ángel Acebes, y la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabetia, se reunió en Madrid para sellar el traspaso a Euskadi de la autopista Bilbao-Behobia (A-8). El PP del País Vasco aprovechó la ocasión para atacar al PNV por dudar de la voluntad del Ejecutivo central de completar el Estatuto y para reafirmar la vigencia de la Carta de Gernika.

El portavoz de los populares...

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Año y medio después de que Euskadi recibiera su última transferencia del Gobierno central, ayer se volvió a repetir la ceremonia. La Comisión Mixta de Transferencias, que encabezan el ministro para las Administraciones Públicas, Ángel Acebes, y la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabetia, se reunió en Madrid para sellar el traspaso a Euskadi de la autopista Bilbao-Behobia (A-8). El PP del País Vasco aprovechó la ocasión para atacar al PNV por dudar de la voluntad del Ejecutivo central de completar el Estatuto y para reafirmar la vigencia de la Carta de Gernika.

El portavoz de los populares vascos, Leopoldo Barreda, criticó la postura política que mantiene el PNV sobre el Estatuto, tres semanas después de cumplirse el vigésimo aniversario del texto autonómico, que los nacionalistas no quisieron celebrar. Por el contrario, el PP y el PSE sí que lo festejaron y ensalzaron como "punto de encuentro entre los vascos". "Después de que se haya materializado el traspaso de la A-8 sólo queda denunciar de nuevo la miopía nacionalista que siempre ve la botella [de las transferencias] medio vacía". Para Barreda, los vascos tienen en el Estatuto "el instrumento vivo adecuado para vertebrar Euskadi y las relaciones con el conjunto de España".En esta línea, el dirigente del PP se comprometió a trabajar para que se sigan produciendo más traspasos. "No vamos a tolerar que se nos imputen parones o sequías transferenciales. Habría que buscar las responsabilidades en otras instancias, partidos y épocas pasadas".

Ayer se vivió el último capítulo de unas negociaciones que se iniciaron en diciembre pasado, cuando el PNV consiguió que el vicepresidente Francisco Álvarez Cascos se comprometiera al traspaso a cambio del voto favorable de los nacionalistas a los Presupuestos Generales del Estado para 1999.

El PNV votó a favor, pero las conversaciones sobre la A-8 entraron en vía muerta. Madrid no aceptaba que la transferencia se incluyera en el sistema de Cupo, es decir, que el Gobierno vasco descontara de sus aportaciones al Estado vía Cupo el coste de mantenimiento que suponga la A-8, una vez que culmine la concesión privada que tiene la empresa Europistas hasta el año 2003.

Solventada esta diferencia y aceptada por el Ejecutivo central la tesis de los negociadores vascos, ayer se reunió en Madrid la Comisión Mixta de Transferencias. El acuerdo establece la transferencia a Euskadi de las funciones y servicios ejercidos hasta ahora por la Administración del Estado en relación con la A-8, así como la titularidad de la misma en el tramo entre el Puente Internacional de Behobia y Basauri (105,6 kilómetros).

El traspaso no supondrá ninguna modificación en las funciones y servicios reservados al Estado en lo que se refiere al control de fronteras (la autopista llega hasta el sur de Francia). Una vez que se haga efectivo el traspaso, a partir de la publicación del real decreto correspondiente en el BOE, previsiblemente en enero, Euskadi aplicará en la autopista las normas técnicas y de señalización previstas en la legislación vigente del Estado y se sujetará a las normas técnicas del Gobierno central sobre construcción y conservación de carreteras.

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Aunque la titularidad recaerá inicialmente sobre el Gobierno vasco, éste la traspasará a continuación a las diputaciones de Vizcaya y de Guipúzcoa, por las que discurre el trazado de la vía. La competencia sobre carreteras recae en las diputaciones y no en el Ejecutivo.

Tanto Vizcaya como Guipúzcoa podrán adaptar a partir de ahora sus previsiones de inversión en infraestructuras a la gestión de esta autopista. Ambas instituciones ya han anunciado su intención de no prorrogar la concesión de la explotación privada de la A-8. Los responsables de carreteras de las dos diputaciones son partidarios de mantener el peaje, aunque con una rebaja considerable respecto a las actuales tarifas. La concesionaria Europistas cobra 20 pesetas por kilómetro a los usuarios.

La vicelehendakari, quien acudía por primera vez a una reunión de la Comisión Mixta de Transferencias, destacó que "se ha fijado que el modelo de transferencias es el del sistema de Concierto que Euskadi tiene prefijado en las relaciones con el Estado. Esto abre horizontes para que la colaboración entre las dos administraciones se materialice en más acuerdos".

Desde 1996 se han producido cinco traspasos: el del Instituto Social de la Marina y sus servicios sociales, Medio Ambiente y Vertidos, expedición de títulos académicos y mediadores de seguros.

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