Condenado a diez años por violar a una dependienta antes de robar en la zapatería

La Audiencia Provincial de Vizcaya ha condenado a R.T.A., de 31 años y vecino de Barakaldo, a un total de diez años de prisión por violar a una mujer que trabajaba en una tienda de zapatos de Portugalete y luego robar en el local. Además, el procesado deberá pagar a la víctima una indemnización de cuatro millones de pesetas y tendrá prohibida la presencia en el lugar donde la mujer resida durante un plazo de cinco años. A consecuencia de la agresión sexual, la dependienta del comercio sufrió un trastorno de estrés postraumático, por lo que precisó para su curación de tratamiento psicológico d...

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La Audiencia Provincial de Vizcaya ha condenado a R.T.A., de 31 años y vecino de Barakaldo, a un total de diez años de prisión por violar a una mujer que trabajaba en una tienda de zapatos de Portugalete y luego robar en el local. Además, el procesado deberá pagar a la víctima una indemnización de cuatro millones de pesetas y tendrá prohibida la presencia en el lugar donde la mujer resida durante un plazo de cinco años. A consecuencia de la agresión sexual, la dependienta del comercio sufrió un trastorno de estrés postraumático, por lo que precisó para su curación de tratamiento psicológico durante un año, informa Europa Press.

Los hechos se produjeron el 31 de marzo del pasado año, cuando R.T.A. accedió al interior de una zapatería de Portugalete, donde en esos momentos se encontraba sola F.M. El procesado pidió a la dependienta unos zapatos y cuando la mujer fue a buscar a la trastienda el modelo requerido, éste le siguió, sacó una navaja estilo mariposa y le conminó a que se introdujera en los servicios y se quitara los pantalones y la ropa interior. Siempre bajo la amenaza de la navaja, R.T.A. la penetró vaginalmente. A continuación dejó a la víctima en el interior del servicio y se dirigió a la caja registradora para apoderarse del dinero que había en ella. Al no conseguir, con la navaja en la mano se dirigió una vez más a la dependienta y le obligó a que le abriera la caja. R.T.A. cogió las 10.000 pesetas que había en ella y volvió a introducir en el servicio a la mujer, conminándola a que saliera de allí en unos minutos.

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