Ninguna escuela pública de Cataluña ofrece clases de religión musulmana

La comunidad musulmana de Cataluña pretende conseguir que el Departamento de Enseñanza de la Generalitat autorice a que se imparta, al menos en un centro piloto en lo que resta de curso académico, la asignatura de religión islámica para los alumnos que lo soliciten. Ninguna escuela pública catalana ofrece actualmente esta asignatura, pese a que ya ha habido peticiones amparándose en la legislación vigente. Según Enseñanza, el problema radica en "identificar" a la "autoridad religiosa" que debe seleccionar al profesorado.

La Ley Orgánica de Libertad Religiosa, de 1992, garantiza a los al...

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La comunidad musulmana de Cataluña pretende conseguir que el Departamento de Enseñanza de la Generalitat autorice a que se imparta, al menos en un centro piloto en lo que resta de curso académico, la asignatura de religión islámica para los alumnos que lo soliciten. Ninguna escuela pública catalana ofrece actualmente esta asignatura, pese a que ya ha habido peticiones amparándose en la legislación vigente. Según Enseñanza, el problema radica en "identificar" a la "autoridad religiosa" que debe seleccionar al profesorado.

La Ley Orgánica de Libertad Religiosa, de 1992, garantiza a los alumnos de las religiones que han firmado un convenio con el Estado -católica, musulmana, evangélica y judía- el derecho a recibir clases de su religión cuando 10 estudiantes de un centro lo soliciten. El profesorado deberá ser propuesto por "la autoridad religiosa" a la Administración educativa. En Cataluña, ya en el curso pasado, más de 150 familias musulmanas así lo hicieron constar en la hoja de inscripción de sus hijos. Sín embargo, según Maria Àngels González, directora general de Ordenación Educativa, "existe un problema con los interlocutores que se han presentado, que han sido rechazados por el Ministerio de Educación". González asegura que la demanda es aún reducida, pero reconoce que todavía no se ha resuelto el tema.

Khaled Khairi, presidente de la Comunidad Islámica de Terrassa, admite que identificar a la autoridad religiosa es "uno de los problemas", pero que actualmente la existencia de la Unión de Comunidades Islámicas de España ha venido a resolverlo.

Khairi explica que lo importante es "desbloquear" la situación actual, para lo que propone la inmediata puesta en marcha, para lo que resta de curso, de clases de religión islámica en una escuela piloto en donde lo han pedido -"por ejemplo, en Terrassa"-, y así analizar la experiencia y sacar consecuencias. Khairi asegura que su comunidad dispone ya de más de una decena de profesores preparados, algunos de ellos incluso con el nivel C de catalán, tal como exige la legislación vigente, aspecto con el que está totalmente de acuerdo.

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