Christo se detiene en Vic

Christo Javasheff (Gabrovo, Bulgaria, 1935) es el equivalente al arte lo que a la vida aventurera fueron los buscadores de oro en Alaska. Personajes en busca de un sueño que en ocasiones llegó a convertirse en realidad. Christo hizo realidad su aparente quimera de conseguir envolver construcciones monumentales. El Pont Neuf de París; las islas de la bahía Biscayne, en Florida; el Reichstag de Berlín; el edificio de la ópera de Sidney, o el monumento a Vittorio Emanuele han sido objeto de la intervención de este artista que empezó a empaquetar objetos, como una mesa, una motocicleta o un teléfo...

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Christo Javasheff (Gabrovo, Bulgaria, 1935) es el equivalente al arte lo que a la vida aventurera fueron los buscadores de oro en Alaska. Personajes en busca de un sueño que en ocasiones llegó a convertirse en realidad. Christo hizo realidad su aparente quimera de conseguir envolver construcciones monumentales. El Pont Neuf de París; las islas de la bahía Biscayne, en Florida; el Reichstag de Berlín; el edificio de la ópera de Sidney, o el monumento a Vittorio Emanuele han sido objeto de la intervención de este artista que empezó a empaquetar objetos, como una mesa, una motocicleta o un teléfono.Para realizar estos grandes proyectos, el artista tiene que realizar numerosos bocetos previos. En estos trabajos se basa la exposición Christo. Realitats somniades que presenta hasta el 30 de diciembre el Centre Cultural de la Fundació La Caixa de Vic (paseo de la Generalitat, 46). La exhibición la componen 12 litografías y un dibujo original del artista procedentes de la colección de la obra gráfica de la Fundación La Caixa.

Christo ha intentado siempre huir del mecenazgo de las empresas para la realización de sus proyectos. Esta actitud le hace sentir mucho más libre creativamente. Sus ingresos proceden de la venta de todo el intenso trabajo previo y de la obra gráfica que estos esbozos inspiran.

La exposición ha sido comisariada por Anna Palomo. "Creo que Christo es un espectador privilegiado del mundo y testimonio de excepción del progreso. Es por eso que los edificios civiles y religiosos, arcos de triunfo, esculturas públicas y elementos naturales o de uso cotidiano quedan supeditados a la misteriosa mirada del artista, una mirada que traza una tenue línea entre la privacidad y la participación colectiva", explica.- J. V.

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