Hacia un nuevo sistema

Cuando la realidad impone nuevas fronteras, la peor actitud es negarse a aceptarlas. (...) Ayer las urnas emitieron en Uruguay un claro mensaje en el sentido de que el sistema de partidos dispersos se desdibuja. Reconocerlo y hacer los ajustes necesarios es el único camino para transitar hacia un bipartidismo del estilo que predomina en los países más desarrollados, que permite una alternancia no traumática de partidos y una normal rotación en el poder. Se evita así que en cada elección se tenga que poner en juego la definición del modelo de país. (...) La votación de ayer no hizo sino confirm...

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Cuando la realidad impone nuevas fronteras, la peor actitud es negarse a aceptarlas. (...) Ayer las urnas emitieron en Uruguay un claro mensaje en el sentido de que el sistema de partidos dispersos se desdibuja. Reconocerlo y hacer los ajustes necesarios es el único camino para transitar hacia un bipartidismo del estilo que predomina en los países más desarrollados, que permite una alternancia no traumática de partidos y una normal rotación en el poder. Se evita así que en cada elección se tenga que poner en juego la definición del modelo de país. (...) La votación de ayer no hizo sino confirmar el indiscutible peso de la izquierda. (...)Las divisiones entre colorados y blancos, internas y entre las dos colectividades, probablemente debilitaron su atractivo electoral y ayudaron a desviar votos al Encuentro Progresista-Frente Amplio. (...) Esta nueva forma de bipartidismo (...) es el camino lógico que debe emprender el país. Es un camino arduo. (...) No sólo colorados y blancos deben adaptarse a la nueva realidad. Igual responsabilidad le cabe a la izquierda. (...) El sistema político ha cambiado. Su evolución natural debe conducir deseablemente a un nuevo sistema de partidos, que represente adecuadamente las tendencias de izquierda y de centro, esta última formada en la unión de blancos y colorados de igual ideología, que predominan en el país. Es necesario que sean fuerzas coherentes, maduras y modernas. Sus líderes son quienes asumen ahora esa obligación si realmente quieren asegurar un Uruguay armónico, desarrollado y próspero.

1 de noviembre

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