Interior investiga cómo llegó una pistola a un preso de Alcalá-Meco

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias "ha abierto una información reservada" para determinar cómo pudo llegar a manos de un preso de la cárcel de máxima seguridad de Alcalá-Meco (Madrid) una pistola Astra, del calibre 22, cargada con cinco cartuchos. Según las primeras investigaciones, está "descartada" la complicidad de un funcionario y las sospechas apuntan a que el arma le fue entregada por alguna de las personas que le han visitado. "Es muy difícil meter un arma, porque hay arcos detectores de metales, pero no imposible", comentó el director del penal, Jesús Calvo.El arma fu...

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La Dirección General de Instituciones Penitenciarias "ha abierto una información reservada" para determinar cómo pudo llegar a manos de un preso de la cárcel de máxima seguridad de Alcalá-Meco (Madrid) una pistola Astra, del calibre 22, cargada con cinco cartuchos. Según las primeras investigaciones, está "descartada" la complicidad de un funcionario y las sospechas apuntan a que el arma le fue entregada por alguna de las personas que le han visitado. "Es muy difícil meter un arma, porque hay arcos detectores de metales, pero no imposible", comentó el director del penal, Jesús Calvo.El arma fue intervenida a Milen Slatvcheu, de 25 años, a mediodía del pasado jueves por funcionarios del centro, que decidieron sacarle de la celda para cachearle. La decisión fue adoptada por el director, "ante las noticias de que el búlgaro tenía escondida una pistola". Horas después, el recluso iba a ser extraditado a Bulgaria, su país de origen, acusado de haber matado presuntamente a tres policías de su país, por lo que buscó refugio en España hace tres años.

Un portavoz de Instituciones Penitenciarias, organismo dependiente del Ministerio del Interior, matizó ayer que Slatvcheu "no llegó a hacer uso de la pistola en ningún momento", ya que su único objetivo al exhibirla era que se abriera contra él una causa judicial que retrasase e impidiera su extradición. "No quería que le extraditaran a Bulgaria porque allí existe la cadena perpetua; decía que tenía miedo y que no quería irse", señaló el citado portavoz, que agregó que los funcionarios, al ir a por él a la celda, tomaron precauciones porque "sabían" que podía tener un arma.

"Los funcionarios le convencieron para que entregase la pistola, que la llevaba oculta entre su ropa, y el interno lo hizo sin oponer la menor resistencia", destacó el citado portavoz.

Juez de guardia

Una vez que depuso su actitud y comunicado el hecho al juez de guardia, Slatvcheu fue entregado horas después a los agentes de la Interpol que fueron a por él a prisión y posteriormente, escoltado, subió a un avión con destino a su país, tal como acordó en septiembre el Consejo de Ministros. Slatvcheu llevaba tres años preso en Alcalá-Meco pendiente de su extradición, aunque no había cometido ningún delito en España. Por ese motivo se hallaba en un módulo de internos preventivos y hacía una vida penitenciaria totalmente normal.

En esta misma prisión (considerada de máxima seguridad y en la que suele haber presos de ETA) se hallaron el 1 de diciembre de 1997 seis viejos cartuchos de pistola escondidos detrás de un radiador. Las balas estaban en un envoltorio adosado al radiador de unas duchas.

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En aquella ocasión, y pese al registro efectuado por los funcionarios en varios módulos, no se halló ninguna pistola dentro de la cárcel.

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