Un parque para el Año de la Paz

San Sebastián pondrá a partir del próximo año 100.000 metros cuadrados a disposición de la cultura de la paz y del arte en el parque Cristina Enea, legado por el Duque de Mandas a la ciudad en 1918. En este espacio, que adquirirá una nueva centralidad con las actuaciones urbanísticas previstas, se acometerá una intervención artística global para conservar la memoria colectiva y rendir homenaje a todas las víctimas de la violencia. Éste es al menos el propósito del alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, quien promovió el proyecto Bakeleku en vísperas de los comicios municipales. El edil anunció...

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San Sebastián pondrá a partir del próximo año 100.000 metros cuadrados a disposición de la cultura de la paz y del arte en el parque Cristina Enea, legado por el Duque de Mandas a la ciudad en 1918. En este espacio, que adquirirá una nueva centralidad con las actuaciones urbanísticas previstas, se acometerá una intervención artística global para conservar la memoria colectiva y rendir homenaje a todas las víctimas de la violencia. Éste es al menos el propósito del alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, quien promovió el proyecto Bakeleku en vísperas de los comicios municipales. El edil anunció ayer, no sin ironizar respecto a quienes le acusaron de "oportunismo", que su intención es firme y que los trabajos de transformación de Cristina Enea comenzarán en 2000, coincidiendo con el Año Internacional de la Cultura de la Paz decidido por la ONU.

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El Bakeleku aspira a convertirse en un lugar vivo para la reflexión. Por eso se irá gestando a lo largo de los próximos cuatro años: involucrará a artistas locales e internacionales con la colocación de esculturas y supondrá una innovación global en el tratamiento del paisaje, la recuperación de caminos, el uso del mobiliario urbano, y la restauración de edificios. Todo, con el mismo objetivo de "lograr la reconciliación y evitar cualquier riesgo de fractura o división de la sociedad vasca".

La metodología para esta transformación y los contenidos concretos aún están por determinar, pero tienen el aval de garantía de dos personas significadas en el mundo del arte. El director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, Manuel Borja, y el responsable de la Fundación Serralves de Oporto, Vicente Todoli, trabajan para dotar de contenido a este espacio que encuentra en la fusión del arte y la naturaleza la mejor fórmula para extender una "educación para la paz y la tolerancia".

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