Patria humana
Quisiera agradecer públicamente a Raimon Obiols que haya escrito un libro como Patria humana, cuya lectura no sólo es recomendable, sino necesaria. El libro es un testimonio de esperanza en esta sociedad de fin de siglo, lastrada por más de dos décadas de fundamentalismo neoliberal y pensamiento único e instalada en el fatalismo de creer que estamos ante el fin de la historia, el declive de las ideologías y ya no tiene sentido hablar de pobres y ricos o de izquierda y derecha. Para todos los que rechacen la preponderancia absoluta del mercado, carente de elementos reguladores, casi como una fu...
Quisiera agradecer públicamente a Raimon Obiols que haya escrito un libro como Patria humana, cuya lectura no sólo es recomendable, sino necesaria. El libro es un testimonio de esperanza en esta sociedad de fin de siglo, lastrada por más de dos décadas de fundamentalismo neoliberal y pensamiento único e instalada en el fatalismo de creer que estamos ante el fin de la historia, el declive de las ideologías y ya no tiene sentido hablar de pobres y ricos o de izquierda y derecha. Para todos los que rechacen la preponderancia absoluta del mercado, carente de elementos reguladores, casi como una fuerza ciega a la que hay que someterse; para quienes estén en contra de la subordinación de la política y de la democracia a las leyes del economicismo; para quienes defiendan la capacidad de maniobra de los gobiernos, el mantenimiento del Estado del bienestar y la lucha contra las insoportables desigualdades generadas por las recetas neoliberales, el libro es una ventana abierta hacia un futuro más solidario y más igualitario.¿Cómo estar de acuerdo con un mundo en el que las tres personas más ricas tienen una fortuna superior al PIB total de los 48 países más pobres del planeta? Llegamos al fin de siglo en un mundo tan injusto que da la impresión de que la humanidad no podrá soportarlo durante mucho tiempo más. Por eso el libro, que es un riguroso análisis de la globalización, plantea entender ésta en el sentido solidario de lucha contra las desigualdades y la pobreza y como una profundización en los valores de la democracia que permita establecer, a través de políticas de izquierda y de centro-izquierda de talante progresista, una relación positiva y justa entre el crecimiento y la distribución equitativa de la renta que haga posible una mayor igualdad en el mundo.-