El Gobierno evitará en lo posible recurrir decisiones de la asamblea de electos

El Gobierno evitará recurrir ante los tribunales las resoluciones de Udalbiltza (asamblea municipal), constituida ayer con los alcaldes y concejales nacionalistas vascos. "Sólo lo haremos si se produce una clara transgresión del Estado de derecho", dijo ayer a EL PAÍS un ministro. La estrategia del Gobierno es "dejar que sean los mismos nacionalistas quienes diluciden sus asuntos".

El Ejecutivo cree que la falta de representatividad y la inoperancia de la nueva institución va a acarrear tales contradicciones en su seno que está abocada al fracaso. "Es un viejo proyecto de ETA y Herri Ba...

El Gobierno evitará recurrir ante los tribunales las resoluciones de Udalbiltza (asamblea municipal), constituida ayer con los alcaldes y concejales nacionalistas vascos. "Sólo lo haremos si se produce una clara transgresión del Estado de derecho", dijo ayer a EL PAÍS un ministro. La estrategia del Gobierno es "dejar que sean los mismos nacionalistas quienes diluciden sus asuntos".

El Ejecutivo cree que la falta de representatividad y la inoperancia de la nueva institución va a acarrear tales contradicciones en su seno que está abocada al fracaso. "Es un viejo proyecto de ETA y Herri Batasuna [HB], que tiene 20 años y que fue planteado entonces como alternativa al Estatuto de Gernika. La novedad es que el PNV se ha sumado al proyecto", señalaron las mismas fuentes.Las diferencias entre el PNV y HB sobre la forma de concebir la Udalbiltza (a cuya constitución asistieron 1.483 electos de la Comunidad Autónoma Vasca, 271 de Navarra y 24 del País Vascofrancés) y las reticencias hacia la misma de destacadas figuras del nacionalismo moderado, como el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, han decidido al Gobierno a mantenerse al margen y dejar que "los propios nacionalistas acrediten y agoten" la nueva instititución. "Es mejor que los nacionalistas pasen por esta etapa, si así lo desean, a tratar de evitarlo desde el Gobierno".

El Ejecutivo duda además de la capacidad en el PNV para darle la vuelta desde dentro a un proyecto que tiene la marca de ETA y HB. "Cuando uno juega en el campo de otro -como es el caso del PNV, que se ha ido a la cancha rupturista de ETA- no es posible cambiar en la mitad del partido. La única solución es salirse del juego porque el proceso está viciado desde el primer momento".

Precisamente, este nuevo intento del nacionalismo de impulsar un proyecto unitario y unilateral lleva al Gobierno a ser escéptico sobre un nuevo encuentro con ETA, al menos, antes de las generales. "ETA está ahora ensoñada con el Pacto de Estella y la Asamblea municipal. Su diálogo con el Gobierno no le interesa en este momento, aunque la voluntad del Ejecutivo ya ha quedado clara".

En este sentido, el secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal, monseñor Asenjo, declaró que la Iglesia estaría dispuesta a mediar para una segunda conversación, "si con eso se consiguiera la paz".