Tribuna:

Más de cajas

A la vuelta del verano se ha reavivado el debate sobre la ley de Cajas. El interés del presidente Chaves de crear un ámbito de consenso para la dicha ley, de forma que quede al margen de cuestiones partidistas y se garantice la estabilidad del marco regulador de la actividad financiera andaluza, ha vuelto a reavivar el fuego que rodea a esta cuestión. Fuego que va más unido a las personas que a los propios contenidos de la ley. De hecho, basta ojear la información de la prensa para ver que ésta, más que información sobre las propuestas de cada partido o incluso de cada caja, es un "dime y dire...

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A la vuelta del verano se ha reavivado el debate sobre la ley de Cajas. El interés del presidente Chaves de crear un ámbito de consenso para la dicha ley, de forma que quede al margen de cuestiones partidistas y se garantice la estabilidad del marco regulador de la actividad financiera andaluza, ha vuelto a reavivar el fuego que rodea a esta cuestión. Fuego que va más unido a las personas que a los propios contenidos de la ley. De hecho, basta ojear la información de la prensa para ver que ésta, más que información sobre las propuestas de cada partido o incluso de cada caja, es un "dime y direte", propio de revista del corazón, sobre si "fulano" negocia con una parte o con otra. Algo que, por cierto, a los andaluces les importa un bledo. La verdad es que la cuestión es muy simple, desde la Junta de Andalucía se estima, creo que con muy buen criterio, que hay que intentar consolidar la posición financiera de las cajas andaluzas mediante un proceso de fusión que garantice una dimensión suficiente para poder competir con las grandes cajas de Madrid y Cataluña, ya que, hasta la fecha, la "guerra" por el sector cajista del mercado financiero andaluz tiene como grandes perdedoras a las cajas andaluzas. Ello tiene como reflejo una pérdida del control de los depósitos andaluces y, en consecuencia, de la garantía de reinversión de dichos depósitos en nuestra tierra. A partir de lo anterior, el resto de cuestiones son accesorias, puesto que a los andaluces no les interesa para nada ni el futuro profesional de los hasta ahora implicados, ni cómo queda el papel de la Iglesia Católica, afectada por la cuestión de Cajasur. En realidad, la cosa es muy fácil: fusiones sí o fusiones no. Si la respuesta es sí, entonces terminaremos en una caja andaluza que, probablemente, será la institución financiera más fuerte de Andalucía y que podrá incidir de manera fundamental en el mercado financiero andaluz. Si la respuesta es no, a medio plazo será cualquier otra entidad, controlada desde cualquier otra parte de España o de Europa, la que diga a dónde va el ahorro andaluz. O sea, que lo que tienen que hacer los implicados, partidos y "otros", es salir claramente a decir: fusiones si o fusiones no, y dejarse de cotilleos y demás zarandajas.LUIS ÁNGEL HIERRO

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