Hasta que se cansen de la "patata"

Tras comprobar que jurídicamente es muy difícil poner fin a su actividad, las autoridades de Benidorm han optado por el acoso policial para intentar erradicar de las calles de la ciudad turística el juego del trile, consistente en apuestas a pequeña escala en las que gana quien descubra bajo qué trozo de patata se esconde un pequeño garbanzo que el trilero maneja con asombrosa rapidez. Aunque a efectos reales se trata de una estafa, de la que suelen ser víctimas los turistas extranjeros, que rara vez aciertan, jurídicamente no puede considerarse como tal dado que en el negocio media la volunta...

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Tras comprobar que jurídicamente es muy difícil poner fin a su actividad, las autoridades de Benidorm han optado por el acoso policial para intentar erradicar de las calles de la ciudad turística el juego del trile, consistente en apuestas a pequeña escala en las que gana quien descubra bajo qué trozo de patata se esconde un pequeño garbanzo que el trilero maneja con asombrosa rapidez. Aunque a efectos reales se trata de una estafa, de la que suelen ser víctimas los turistas extranjeros, que rara vez aciertan, jurídicamente no puede considerarse como tal dado que en el negocio media la voluntad de jugar del apostante. Saberse víctima de un timo por su afán de enriquecerse con facilidad, hace además que los estafados no presenten denuncia, con lo cual las detenciones policiales no surten el efecto perseguido. Para las autoridades benidormenses, el trile es "un problema endémico", establecido hace más de dos décadas en las avenidas más transitadas, con el que se ha conseguido engañar a miles de turistas. Tras diversas reuniones celebradas entre mandos de distintos cuerpos policiales, se ha llegado a la conclusión de que la mejor fórmula para desmantelar definitivamente este negocio consiste en el hostigamiento permanente. Para ello, cinco agentes de la Policía Local han sido destinados, con exclusividad, a recorrer las calles donde los trileros instalan sus mesas. "El objetivo es que avisten a los agentes cada tres o cuatro minutos, y que el temor a ser multados por juego ilegal y violación de la normativa que prohíbe comerciar en la vía pública, acaben hartos de la patata y se dediquen a otra cosa", apuntó ayer el concejal Salvador Moll, portavoz del equipo de gobierno. Mientras tanto, se mantendrá la campaña de información a los visitantes sobre este juego-estafa, a través de folletos redactados en varios idiomas.

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