Maragall pide a los electores una mayoría "clara" que despeje las dudas y le permita gobernar

"Mi objetivo es una mayoría clara, que despeje todas las dudas", explicó ayer Pasqual Maragall, el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, a quien los sondeos colocan en situación de empate técnico con Jordi Pujol. Los sondeos traducen ahora, agregó, la existencia de un movimiento de fondo en favor de un cambio en el Gobierno catalán. Se ha terminado ya un periodo, dijo, y la gente "quiere cuatro años para pasar página". Maragall replicó a las acusaciones de pactar con comunistas que le han lanzado CiU y el PP por su pacto con Iniciativa-Verds: "Aunque apelen al voto del miedo...

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"Mi objetivo es una mayoría clara, que despeje todas las dudas", explicó ayer Pasqual Maragall, el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, a quien los sondeos colocan en situación de empate técnico con Jordi Pujol. Los sondeos traducen ahora, agregó, la existencia de un movimiento de fondo en favor de un cambio en el Gobierno catalán. Se ha terminado ya un periodo, dijo, y la gente "quiere cuatro años para pasar página". Maragall replicó a las acusaciones de pactar con comunistas que le han lanzado CiU y el PP por su pacto con Iniciativa-Verds: "Aunque apelen al voto del miedo, o al de la lástima, no impedirán el cambio porque hay mucha más ilusión que miedo".

Para alcanzar esa "mayoría clara" que presentó como sinónimo de "absoluta", Maragall comenzó ayer un recorrido por el Baix Llobregat pidiendo un voto masivo que despeje todas las incertidumbres sobre alianzas poselectorales y le permita gobernar. Tras un año de dedicar atención preferente a la Cataluña interior, donde Pujol obtiene sus mejores resultados, Maragall concentra ahora sus esfuerzos en el área metropolitana de Barcelona, donde reside el 70% de la población de Cataluña. La abstención de los votantes socialistas en el cinturón de Barcelona ha provocado desde 1980 la derrota del PSC en las elecciones autonómicas. En las de 1995 recibió 95.000 votos en el Baix Llobregat, sólo la mitad de los que obtuvo medio año después en las legislativas. Maragall mostró su convicción de que el 17 de octubre el electorado de izquierdas de estas comarcas no se abstendrá "porque sabe que esta vez su voto cuenta y es decisivo". Y eso permitirá poner "en primera línea" de Cataluña una zona que los gobiernos de Pujol han dejado en segundo plano. "No es que hayan sido olvidada, es que ha sido castigada", afirmó, "por ser un poder contrario a lo que ellos decían que Cataluña debe ser". El candidato socialista se mostró confiado en que su propuesta de reconocimiento del castellano como patrimonio de todos los catalanes "llegue al corazón" de los electores de esta parte de Cataluña. Ayer visitó la empresa Eurohueco, en el polígono industrial de Castellbisbal, y participó en una cena con 500 personas en Sant Boi de Llobregat. Para hoy está prevista una visita a la fábrica Seat de Martorell, un encuentro con entidades culturales en Cornellà, otro en Sant Joan Despí con alcaldes y concejales de la comarca y una cena en Cervelló con simpatizantes. El objetivo de esta actividad febril es difundir en esta comarca la idea de que su participación en las elecciones autonómicas "es decisiva" por su peso demográfico. Y de que le ha llegado la hora de pasar a un primer plano "después de haber perdido 12 años" por la decisión de Pujol de suprimir los órganos de gobierno del área metropolitana. Maragall advirtió ayer a quienes intentan mantenerse al margen del deseo de cambio, como Esquerra Republicana (ERC). Los sondeos electorales muestran que la derecha, sumando los escaños de CiU y el PP, sólo podrá gobernar si tiene el apoyo de ERC, como sucedió en 1980, cuando los republicanos y UCD votaron la primera investidura de Pujol. "Para mí eso es impensable", afirmó Maragall, "porque creo que ahora su propia gente no se lo permitiría". Pero lanzó este mensaje a la dirección de ERC: "Puesto que sostienen que el cambio lo traerán ellos dentro de cuatro años, se pueden encontrar con que la gente quiera decidir ahora, pero sin ellos, porque no es cuestión de estar otros cuatro años arrastrando esta situación de agonía". El acuerdo electoral de Maragall y el PSC con Iniciativa-Verds, que ayer fue considerado positivo por el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, es, según dijo Maragall, un impulso para "poner en marcha nuevas expectativas".

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