Cuatro jóvenes mueren al estrellarse su coche tras saltarse un semáforo

Cuatro amigos del barrio de Canillejas, de entre 22 y 24 años, murieron ayer de madrugada en el accidente de peores consecuencias que ha ocurrido en una calle de Madrid en la última década. Otras dos personas, el conductor del vehículo en el que viajaban los cuatro jóvenes y el taxista con cuyo automóvil chocaron, sufrieron heridas graves. Fue el fatal desenlance del aparatoso accidente ocurrido a las 5.00 del viernes a la altura del número 589 de la calle de Alcalá, en Canillejas. Los fallecidos son Carlos Gallardo Olaya, de 22 años; Marco Antonio Rencero y Antonio García Andrade, ambos de 2...

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Cuatro amigos del barrio de Canillejas, de entre 22 y 24 años, murieron ayer de madrugada en el accidente de peores consecuencias que ha ocurrido en una calle de Madrid en la última década. Otras dos personas, el conductor del vehículo en el que viajaban los cuatro jóvenes y el taxista con cuyo automóvil chocaron, sufrieron heridas graves. Fue el fatal desenlance del aparatoso accidente ocurrido a las 5.00 del viernes a la altura del número 589 de la calle de Alcalá, en Canillejas. Los fallecidos son Carlos Gallardo Olaya, de 22 años; Marco Antonio Rencero y Antonio García Andrade, ambos de 23; y Juan José Alonso Sánchez, de 24. Todos viajaban en el mismo coche, un Ford Fiesta XR2i de seis años de antigüedad. Estaban a un paso de sus domicilios, de los que salieron unas horas antes para pasar la noche en las fiestas de su barrio y en varias terrazas del centro de Madrid, según declararon ayer amigos de las víctimas.

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El vehículo, que cuando ocurrió el accidente circulaba a 102 kilometros por hora por una calle en la que el límite de velocidad es de 50 kilómetros por hora, se saltó un semáforo en rojo y tras evitar a un taxi que estaba parado esperando la luz verde, derrapó, hizo un trompo, invadió el sentido contrario de la calzada y fue a colisionar con la parte lateral de otro taxi que también esperaba en el semáforo, según la versión facilitada ayer a este periódico por la Policía Municipal.

El conductor del Ford Fiesta, J. M. G. V., de 22 años, que salvó la vida al salir despedido del vehículo, fue trasladado al hospital Ramón y Cajal. Anoche permanecía en la unidad de cuidados intensivos (UCI). El taxista, de 47 años, que amortiguó el golpe gracias al airbag de su vehículo fue trasladado a la UCI del mismo hospital, con un traumatismo costal. Ayer tarde fue ingresado en planta debido a que su estado mejoró.

PASA A LA PÁGINA 3

El conductor del coche siniestrado aprobó el carné de conducir hace 18 meses

VIENE DE LA PÁGINA 1 Además de los dos heridos graves hubo dos personas que sufrieron heridas leves. Una de ellas es empleado de la EMT y en el momento del accidente se dirigía a su puesto de trabajo. Sufrió cortes en un brazo producidos por los cristales de las ventanillas del vehículo siniestrado. Los médicos del Samur le curaron las heridas y le dieron el alta en el mismo lugar del accidente, mientras los bomberos del Ayuntamiento de Madrid rescataban a las cuatro víctimas aprisionadas en el coche.

El conductor del vehículo, que se saltó el semáforo en rojo y tras derrapar acabó en el carril contrario de la calzada, estaba consciente cuando fue atendido por los médicos del Samur.

"Tenía la cara llena de golpes y estaba atontado. Miraba hacia todas las partes y preguntaba qué pasaba. No era muy consciente de lo que le había ocurrido", explicó uno de los médicos que le atendió tras el percance. En el traslado a la ambulancia empezó a balbucear palabras sin ningún sentido, relató ayer uno de los testigos.

El único superviviente de los cinco ocupantes del coche había aprobado el permiso de conducción hace un año y medio, según la Policía Municipal. El Ford Fiesta estaba registrado en Tráfico a nombre de su padre, según el Ayuntamiento.

A causa del accidente quedó cortada la calle de Alcalá durante una hora. A las 6.00 se restablecía la circulación de los carriles con dirección al centro de la ciudad. Los que se dirigían a la carretera de Barcelona (N-II) tuvieron que esperar hasta las 7.30. Los vehículos fueron desviados por las calles aledañas.

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