Aeropuerto sobre el mar
El programa electoral del GIL (Grupo Independiente Liberal) para la ciudad autónoma de Ceuta está lleno de proyectos faraónicos. La estrella de todos es, sin duda, el aeropuerto sobre el mar. Precisamente en la zona de Calamocarro, donde ahora están alojados en un campamento los inmigrantes subsaharianos, el GIL quiere construir una pista de 1,1 kilómetros de longitud a 400 metros de la costa, sobre un suelo totalmente artificial, ganado al mar.La modestia ha hecho que el GIL lo proyecte como aeropuerto nacional, aunque ya se avanza que podría ampliarse. El coste es, de momento, desconocido. ...
El programa electoral del GIL (Grupo Independiente Liberal) para la ciudad autónoma de Ceuta está lleno de proyectos faraónicos. La estrella de todos es, sin duda, el aeropuerto sobre el mar. Precisamente en la zona de Calamocarro, donde ahora están alojados en un campamento los inmigrantes subsaharianos, el GIL quiere construir una pista de 1,1 kilómetros de longitud a 400 metros de la costa, sobre un suelo totalmente artificial, ganado al mar.La modestia ha hecho que el GIL lo proyecte como aeropuerto nacional, aunque ya se avanza que podría ampliarse. El coste es, de momento, desconocido. Y se duda de que sea rentable, dado el tráfico aéreo que soporta la ciudad de Ceuta. También en terreno ganado al mar, se ha prometido construir un hotel de cinco estrellas, que contaría con 350 habitaciones. Además, incluirá un fastuoso arco de entrada a la ciudad de Ceuta desde Marruecos, por la frontera del Tarajal. Y, siguiendo con este deseo de imitar a los holandeses, se levantará un recinto ferial donde ahora hay sólo agua y playas.
Son todos proyectos que han desconcertado a los ciudadanos ceutíes, bastante incrédulos de momento. Lo que de verdad dicen que le ha dado los votos al GIL, más que estas promesas, es la de hacer de Ceuta una ciudad sin delincuencia, al menos a pequeña escala. Muchos creen que eso sí lo puede conseguir el GIL, y sobre todo no les importa cómo.