La muerte de Ignatz Bubis priva a Alemania de una conciencia crítica

La muerte repentina de Ignatz Bubis, el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, ayer a los 72 años, supone la desaparición de una de las más importantes conciencias críticas de la nación y una autoridad moral, que estuvo siempre dispuesto a levantar su voz de advertencia contra el resurgir de tendencias neonazis, el antisemitismo y la intolerancia.Bubis, un político de filiación liberal, imprimió su propia personalidad y estilo al mantenimiento de la memoria de las atrocidades cometidas por los nazis. Con su muerte, se abre un problema de relevo generacional de cara al tratam...

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La muerte repentina de Ignatz Bubis, el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, ayer a los 72 años, supone la desaparición de una de las más importantes conciencias críticas de la nación y una autoridad moral, que estuvo siempre dispuesto a levantar su voz de advertencia contra el resurgir de tendencias neonazis, el antisemitismo y la intolerancia.Bubis, un político de filiación liberal, imprimió su propia personalidad y estilo al mantenimiento de la memoria de las atrocidades cometidas por los nazis. Con su muerte, se abre un problema de relevo generacional de cara al tratamiento de estos delicados temas.

Las declaraciones de este personaje de rica y variada biografía centroeuropea fueron a menudo polémicas. Una de las últimas entrevistas que dio ha dejado mal sabor de boca en la clase política alemana, ya que se ha convertido en un incómodo testamento acusador. En julio, Bubis dijo a la revista Stern que se sentía deprimido por "no haber conseguido nada", puesto que, según dijo, ni las relaciones germano-judías se habían normalizado ni los alemanes de hoy se sienten responsables por las atrocidades cometidas en el campo de concentración de Auschwitz.

"He hablado para las paredes", había dicho unos meses antes, refiriéndose a su lucha contra el antisemitismo y contra el olvido de la Historia. En otoño de 1998, Bubis se enzarzó en una polémica sobre la memoria histórica con el escritor Martin Walzer. Este último alegaba que la imagen de Auschwitz se había desgastado a causa de su excesivo uso en los medios de comunicación y no producía suscitaba la memoria del horror entre las nuevas generaciones.

Bubis, que nació en Silesia en la familia de un judío ruso, sobrevivió al Holocausto, pero perdió a buena parte de su familia, incluido su padre y sus dos hermanas, en los campos de concentración. Tras ser liberado por los rusos del cautiverio en 1945, se estableció en Frankfurt, donde prosperó al frente de negocios inmobiliarios, y en 1992 fue elegido presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania. Desde este puesto, había hecho una gran labor por reconciliar el concepto de patriota alemán de religión judía y por las relaciones entre Alemania e Israel, país donde será enterrado.

Entre las muchas muestras y testimonios de respeto por el fallecido se contaba ayer el mensaje de condolencia del canciller Gerhard Schröder, quien elogió a Bubis como "una gran personalidad que ha contribuido como muy pocos a que los ciudadanos y ciudadanas de creencia judía pudieran imaginarse un futuro en Alemania".

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