Monteseirín defiende a Sevilla como motor de la construcción andaluza frente a localismos
El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, postuló ayer a la capital autonómica como "motor de un cosmopolitismo andaluz" y "plataforma de difusión de nuestro acervo". Durante el homenaje a Blas Infante, ideólogo del nacionalismo andaluz, en el 63º aniversario de su fusilamiento por tropas franquistas junto a la carretera de Carmona, Monteseirín invitó a los restantes alcaldes a promover programas de intercambio recíprocos "frente a la endogamia que produce rechazo a lo que no pertenece al entorno más cercano". La figura de Infante, según el biógrafo Enrique Iniesta, ha mejorado de fo...
El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, postuló ayer a la capital autonómica como "motor de un cosmopolitismo andaluz" y "plataforma de difusión de nuestro acervo". Durante el homenaje a Blas Infante, ideólogo del nacionalismo andaluz, en el 63º aniversario de su fusilamiento por tropas franquistas junto a la carretera de Carmona, Monteseirín invitó a los restantes alcaldes a promover programas de intercambio recíprocos "frente a la endogamia que produce rechazo a lo que no pertenece al entorno más cercano". La figura de Infante, según el biógrafo Enrique Iniesta, ha mejorado de forma cualitativa pero no cuantitativa en Andalucía.
Monteseirín volvió a ahondar ayer sobre el papel que debe jugar Sevilla en la construcción andaluza, un mensaje que ya ha planteado en otras intervenciones. Ayer, durante la entrega del XI Premio de Investigación Memorial Blas Infante, celebrada en el Real Alcázar, incidió sobre su idea: "Sevilla tiene que ser mucho más consciente de sus obligaciones como aglutinadora de la fortaleza común de la realidad andaluza, frente al desperdicio de esfuerzo que suponen los enfrentamientos entre las actitudes centralistas y los localismos estériles". También el ex presidente de la Junta de Andalucía José Rodríguez de la Borbolla desgranó su visión sobre la identidad andaluza, en un discurso construido alrededor del mestizaje histórico de la comunidad autónoma que, dijo, debería presidir el futuro: "La identidad no como reducto, sino como puente hacia los demás; la identidad, no como búsqueda y contemplación narcisista del propio ombligo". Rodríguez de la Borbolla comparó la situación actual con la del siglo XIX, cuando surgen los nacionalismos, por el retorno "hacia concepciones tribales". "Cuando la afirmación de la propia identidad se produce en términos excluyentes y monolíticos se da lugar a un conjunto de consecuencias negativas", alertó. La Fundación Blas Infante entregó ayer el XI Premio de Investigación a José María Claver Esteban por su trabajo sobre el cine en Andalucía durante la guerra civil. El jurado concedió un accésit a Rafael Cáceres Feria por su investigación sobre el trabajo femenino en el sector conservero. Al mismo tiempo que se desarrolló el acto de la fundación, el vicepresidente del Centro de Estudios Históricos de Andalucía, Enrique Iniesta, daba una conferencia en la sede nacional del Partido Andalucista sobre Blas Infante. Iniesta, que prepara una biografía sobre el personaje que estará lista en enero, cree que el conocimiento del ideólogo del nacionalismo andaluz ha mejorado en los últimos años entre los andaluces de forma cualitativa, aunque no cuantitativa. Prueba del desconocimiento es el hecho de que apenas un 30% conoce a Infante, de quien apenas se han publicado un 20% de sus manuscritos. Enrique Iniesta, que comenzó a recopilar información sobre Infante a partir de 1976, se muestra crítico con su conversión en icono histórico. "Ha entrado dentro de los símbolos indiscutibles, que es lo peor que le puede pasar a una figura histórica", arguye. El biógrafo sintetiza el proceso vivido por la figura de Infante, del ostracismo político a la mitificación, con una metáfora: "Es como si le hubiesen puesto una mordaza de laureles en la boca". Iniesta recordó ayer que durante la transición fue silenciado por políticos andaluces como Soledad Becerril, a la sazón representante de la Unión de Centro Democrático (UCD), o el socialista José Rodríguez de la Borbolla. En concreto, citó su oposición a "un Estatuto un poco serio" y los intentos políticos por omitir las referencias a Blas Infante en la norma autonómica.