¿Cuánto ocupan 50 millones?

La anécdota de ayer la protagonizó uno de los dos abogados de Huguet y De Aguiar, Javier Melero. En su ronda de preguntas a Folchi le interrogó acerca de si sabía cuánto espacio ocupan 50 millones de pesetas. Folchi respondió que no y Melero le replicó preguntando si creía que podían caber en un maletín que llevaba en la mano, a lo que el abogado barcelonés volvió a replicar que no. En ese momento, Melero abrió el maletín y... estaba lleno de papeles equivalentes a 50 millones de pesetas. La intención de Melero, obviamente, era la de ejemplificar que la versión de sus clientes de que habían p...

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La anécdota de ayer la protagonizó uno de los dos abogados de Huguet y De Aguiar, Javier Melero. En su ronda de preguntas a Folchi le interrogó acerca de si sabía cuánto espacio ocupan 50 millones de pesetas. Folchi respondió que no y Melero le replicó preguntando si creía que podían caber en un maletín que llevaba en la mano, a lo que el abogado barcelonés volvió a replicar que no. En ese momento, Melero abrió el maletín y... estaba lleno de papeles equivalentes a 50 millones de pesetas. La intención de Melero, obviamente, era la de ejemplificar que la versión de sus clientes de que habían podido llevar al despacho de Folchi más de 200 millones de pesetas en efectivo cada uno de ellos no era tan inverosímil como piensan muchos.

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Por la mañana prestó declaración ante la juez Teresa Palacios el inspector Manuel Abella, imputado como todos los anteriores en la causa, en este caso por ser quien firmó las actas de inspección de varias sociedades, Aciesa y Beaming, entre ellas. Abella no advirtió ninguna irregularidad, a pesar de que la empresa declara miles de millones de pérdidas y de haber participado en todas las operaciones extrañas realizadas por Torras entre mediados de los años ochenta y principios de los años noventa.

Abella asumió la responsabilidad sobre esas actas, pero dejó claro que la decisión de que fuera sometida a inspección la citada empresa no fue tomada por él sino por sus superiores. Estos eran dos en la época de los hechos. El ya conocido José María Huguet, en su calidad de máximo responsable de la inspección en Cataluña, y su adjunto Roger Bergua.

Se habló durante la declaración del patrimonio de Abella, que compró un piso de 80 millones de pesetas por el que paga 600.000 pesetas mensuales de hipoteca, cantidad equivalente a la totalidad de su sueldo. Abella justificó ese hecho con una herencia recibida de sus padres y el salario de su esposa.

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