Cartas al director

La sombra de la guerra

El pasado 16 de junio se publicó en su periódico la reseña del acto de presentación del libro La sombra de la guerra. Se incluía en la noticia el relato de una anédota protagonizada por el autor del libro, mi hermano Juan, y Paco, mi otro hermano. Por el modo en que se contaba, más que unos niños traviesos y bastante inoportunos, mis hermanos aparecían como una especie de francotiradores de Sarajevo. Para aclarar las cosas viene a cuento acudir al libro de entrevistas Cartografía personal y, sirviéndonos de las palabras del propio Juan Benet, conocer los hechos que durante tiemp...

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El pasado 16 de junio se publicó en su periódico la reseña del acto de presentación del libro La sombra de la guerra. Se incluía en la noticia el relato de una anédota protagonizada por el autor del libro, mi hermano Juan, y Paco, mi otro hermano. Por el modo en que se contaba, más que unos niños traviesos y bastante inoportunos, mis hermanos aparecían como una especie de francotiradores de Sarajevo. Para aclarar las cosas viene a cuento acudir al libro de entrevistas Cartografía personal y, sirviéndonos de las palabras del propio Juan Benet, conocer los hechos que durante tiempo fueron para él la causa de tres años de guerra civil:

"Viví los dos bandos, fusilaron a mi padre y, no sé..., mi infancia antes de la guerra no tenía nada que ver con mi infancia después de 1939. Recuerdo que durante tres años creía que la guerra la habíamos desatado mi hermano y yo. Mi padre nos había regalado unas pistolas de juguete que se llamaban Brownie, y que hacían furor en Madrid. Con cincuenta cartuchos cada uno, nos subimos a la terraza del chalet en que vivíamos a pegarnos tiros escondidos detrás de las chimeneas. Esto era en la calle Abascal, la que ahora se llama Sanjurjo. Al lado, al aire libre, estaba el Bocaccio, un baile de moda. Figúrate que habían asesinado a Calvo Sotelo tres días antes; nuestro tiroteo causó una gran conmoción. Llegaron coches de los guardias de asalto con gran ruido y aparato, y todo el barrio estuvo toda la noche poco menos que en pie de guerra. Dos días después fue e1 18 de julio, y mi hermano y yo empezamos a reprocharnos y a creernos que aquello lo habíamos armado nosotros. Luego nos llevaron a Italia. Estuvimos tres años convencidos de que habíamos provocado la guerra civil".- . .

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