Los vecinos de Pallars Jussà, contra la construcción de una línea de alta tensión

La decisión del Ministerio de Industria y Energía de autorizar la instalación de una línea eléctrica de alta tensión entre las localidades de Graus, en la provincia de Huesca, e Isona (Pallars Jussà) ha vuelto a poner en pie de guerra a los ecologistas y a los vecinos de los municipios afectados, que ya han anunciado movilizaciones para oponerse al proyecto promovido por la empresa estatal Red Eléctrica de España. La autorización de Industria para continuar los trabajos de conexión de la línea Aragón-frontera francesa con la línea Sentmenat-Sallent puede significar el primer paso para comple...

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La decisión del Ministerio de Industria y Energía de autorizar la instalación de una línea eléctrica de alta tensión entre las localidades de Graus, en la provincia de Huesca, e Isona (Pallars Jussà) ha vuelto a poner en pie de guerra a los ecologistas y a los vecinos de los municipios afectados, que ya han anunciado movilizaciones para oponerse al proyecto promovido por la empresa estatal Red Eléctrica de España. La autorización de Industria para continuar los trabajos de conexión de la línea Aragón-frontera francesa con la línea Sentmenat-Sallent puede significar el primer paso para completar la interconexión eléctrica de las redes española y francesa, entre las estaciones de Teruel (Aragón) y Cazaril (sur de Francia), a través del Pirineo de Lleida. Se trata de una línea de 400.000 voltios que entraría en España por el puerto de Salau (Pallars Sobirà) y provocaría un gran impacto ambiental ya que atravesaría valles de gran valor paisajístico. La interconexión entre España y Francia es un proyecto pendiente desde 1996. Inicialmente estaba previsto que la línea entrara en territorio español por el valle de Gistaín, en el Pirineo de Huesca, pero la fuerte oposición de los vecinos y ayuntamientos de la zona obligó a Red Eléctrica de España a buscar otras alternativas. Alegaciones desestimadas La empresa también pretendía construir una estación de derivación en la localidad oscense de Torres del Obispo, desde donde partiría un ramal de 56 kilómetros hasta Isona, donde conectaría con la línea existente entre Sallent y Sentmenat. Las obras quedaron paralizadas cuando ya se habían instalado decenas de torres metálicas de más de 70 metros de altura. Las alegaciones presentadas por ayuntamientos, partidos políticos, particulares y colectivos ecologistas, referidas a los importantes perjuicios ambientales, agrícolas, ganaderos y de salud que ocasionaría el paso de la línea, no han sido estimadas por el Ministerio de Industria, que se ha basado en dos informes favorables elaborados por los departamentos de Agricultura y de Medio Ambiente. La línea autorizada afectará a nueve poblaciones oscenses y leridanas: Graus, Benabarre, Lascuarre, Tolva, Puente de Montañana, Tremp, Castell de Mur, Gavet e Isona. Víctor Orrit, alcalde de Tremp, el municipio más afectado con 10 kilómetros de tendido de alta tensión, mostró su indignación por el doble lenguaje que utiliza la Generalitat y anunció que presentará un recurso contra la decisión de Industria de autorizar la polémica línea, cuya construcción ha sido rechazada por el Parlament.

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