El GIL se convierte en la fuerza más votada en Ceuta y Melilla, pero tendrá que buscar pactos para gobernar

El Grupo Independiente Liberal (GIL) se situó ayer, como fuerza más votada, en las dos capitales al otro lado del Estrecho. En Ceuta, el GIL estuvo a punto de lograr la mayoría absoluta con 12 concejales al 100% del escrutinio, mientras que en Melilla, con un 25,88% de los votos, logró 7 ediles, dos más que el PP, que se situó como segunda fuerza. Pese a los buenos resultados, el GIL tendrá que pactar si quiere gobernar. Los resultados de Ceuta del 13-J acabaron con la hegemonía política del PP desde las primeras elecciones democráticas y a punto estuvieron de darle la mayoría absoluta al can...

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El Grupo Independiente Liberal (GIL) se situó ayer, como fuerza más votada, en las dos capitales al otro lado del Estrecho. En Ceuta, el GIL estuvo a punto de lograr la mayoría absoluta con 12 concejales al 100% del escrutinio, mientras que en Melilla, con un 25,88% de los votos, logró 7 ediles, dos más que el PP, que se situó como segunda fuerza. Pese a los buenos resultados, el GIL tendrá que pactar si quiere gobernar. Los resultados de Ceuta del 13-J acabaron con la hegemonía política del PP desde las primeras elecciones democráticas y a punto estuvieron de darle la mayoría absoluta al candidato del GIL, un desconocido en la ciudad hace apenas nueve meses. El GIL consiguió más votos que ninguna formación política había alcanzado en los últimos 16 años. Su entrada en esta plaza hizo retroceder al PP y, salvo a una, condenó a la debacle a todas las formaciones localistas. El PP obtuvo 8 concejales, uno menos que en 1995. La clave estará en un posible pacto entre populares, el Partido Democrátivo y Social, de orientación musulmana, que logró tres ediles y triplicó sus resultados, y el PSOE, que bajó uno y consiguió dos actas al consistorio.

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GIL, además, eliminó del mapa político a tres formaciones localistas: al PFC, que en 1995 había obtenido seis consejeros y que formaba parte del gobierno en coalición con el PP; a Ceuta Unida, que tenía cuatro, y al PSPC, que contaba con dos.

En Melilla, el espectro político aparecía de antemano bastante dividido, con nueve candidaturas para 45.000 votantes, y los resultados han refrendado esta, en cierta manera, atomización. La entrada del GIL como fuerza más votada, ha supuesto un fuerte retroceso del PP, que pasa de 14 a 5 concejales y otorga subidas a los partidos localistas. Coalición por Melilla, el de mayor tirón entre los melillenses de origen marroquí, obtuvo, con el 85,58% del escritunio, seis concejales. Unión por Melilla, tres diputados-concejales, y la agrupación en la que milita el actual presidente de la ciudad, Enrique Palacios, el Partido Independiente de Melilla, logró otros dos concejales. El PSOE, por su parte, bajó su resultado y pasó de los cinco ediles de 1995 a tan sólo dos.

Un dato importante es que el Partido Social Demócrata de Melilla tan sólo obtuvo la confianza del 1,78% de los votantes. Detrás de él se encuentra el ahora gobernador del rey de Marruecos y anterior militante musulmán melillense Aomar Mohamedi Dudú.

El debate que se abre ahora es el de los pactos. Con el GIL, encabezado por Crispín Lozano, nadie parece dispuesto a pactar.

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