El contrapunto de Lizarra

El acuerdo de Lizarra, que en septiembre pasado consagró la unidad de las fuerzas nacionalistas vascas, ha saltado por los aires en Olaberria. Este municipio guipuzcoano de 985 habitantes es el contrapunto del pacto de Estella. Aquí, en pleno Goierri, el matrimonio político de los nacionalistas se ha fracturado. Quién iba a decírselo a Agustín Agirre, actual alcalde de Olaberria y representante apolítico de Olaberriko Herri Elkartea (OHE), una agrupación independiente formada por padres de familia que congrega en la misma lista a simpatizantes de PNV, EA y HB. Él no entiende de Lizarras, ni d...

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El acuerdo de Lizarra, que en septiembre pasado consagró la unidad de las fuerzas nacionalistas vascas, ha saltado por los aires en Olaberria. Este municipio guipuzcoano de 985 habitantes es el contrapunto del pacto de Estella. Aquí, en pleno Goierri, el matrimonio político de los nacionalistas se ha fracturado. Quién iba a decírselo a Agustín Agirre, actual alcalde de Olaberria y representante apolítico de Olaberriko Herri Elkartea (OHE), una agrupación independiente formada por padres de familia que congrega en la misma lista a simpatizantes de PNV, EA y HB. Él no entiende de Lizarras, ni de Ermuas. Bastante tiene con "meter horas" en la excavación y ejercer como regidor del municipio más rico de Guipúzcoa según los ingresos declarados. "Para hacer este viaje no hacían falta estas alforjas", piensa Agirre. Lizarra funcionaba en Olaberria desde 1979, pero nadie reparó en ello. Todo marchaba viento en popa hasta que la ambición política, un partidismo miope, ha provocado la ruptura. El pacto popular se ha hecho añicos y, consiguientemente, la candidatura mixta impulsada por los padres de familia ha sucumbido frente a los aparatos de los partidos. OHE ha dominado la última corporación de calle, por goleada. Poseía siete concejales frente a uno del PSE-EE y otro del PP. Sucede, además, que al reducirse el padrón municipal y situarse éste por debajo del millar de habitantes, Olaberria perderá dos ediles, lo que estrecha los márgenes en la disputa electoral entre los cinco partidos que ahora concurren. La fragmentación política está garantizada. "Ahora el pastel es más pequeño y, en cambio, son más los que acuden al reparto", comenta el alcalde. Por eso, por la división de OHE, y harto de disputas internas, Agustín Agirre se va y abandona el Ayuntamiento. Su excavadora le da "menos disgustos". Deja el pueblo en una situación económica excelente, exactamente en el quinto puesto en el escalafón de la renta per capita -1.161.083 pesetas al año-, por detrás de San Sebastián, Aretxabaleta, Oñati y Bergara, en este orden. En Olaberria, donde el año pasado se rellenaron 409 declaraciones de la Renta, se registran los mayores ingresos medios por habitante (2.887.223 pesetas). En una superficie de 3,9 kilómetros cuadrados conviven en armonía los pastos del ganado junto a las chimeneas de la industria. La concentración fabril, así como la aceleración económica que genera la actividad de la empresa Siderúrgica Aristrain, que da empleo a 415 trabajadores, explican por qué Olaberria es uno de los municipios donde el nivel de renta es tan elevado. Pero ésta no es la tarta que está sobre la mesa el domingo próximo. Ese día medirán sus fuerzas entre sí los partidos nacionalistas, cuya división responde a motivaciones que tienen que ver con la pérdida de los valores comunales que han imperado en Olaberria durante los últimos 20 años.

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