Los primeros resultados anuncian una holgada victoria opositora en Indonesia

ENVIADO ESPECIALIndonesia se despertó ayer como la tercera mayor democracia del mundo -después de India y EEUU- y con una inmensa lista de problemas por resolver, el primero de ellos una crisis económica que tiene por debajo del umbral de la pobreza a la mitad de la población. La tendencia de los primeros votos escrutados indica que los indonesios han elegido a Megawati Sukarnoputri, del Partido Demócrata de Indonesia por la Lucha (PDI-P, nacionalista y secular), que aglutinaba el 40% de votos.

Estos indicios de holgada victoria y la paz con que se ha saldado la campaña provocaron la e...

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ENVIADO ESPECIALIndonesia se despertó ayer como la tercera mayor democracia del mundo -después de India y EEUU- y con una inmensa lista de problemas por resolver, el primero de ellos una crisis económica que tiene por debajo del umbral de la pobreza a la mitad de la población. La tendencia de los primeros votos escrutados indica que los indonesios han elegido a Megawati Sukarnoputri, del Partido Demócrata de Indonesia por la Lucha (PDI-P, nacionalista y secular), que aglutinaba el 40% de votos.

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Estos indicios de holgada victoria y la paz con que se ha saldado la campaña provocaron la euforia en la Bolsa, que subió un 12%, y el reforzamiento de la rupia en un 6%. Tras el PDI-I de Sukarnoputri con un 40% de los votos, los primeros recuentos colocaban ayer al Partido del Renacimiento Nacional del dirigente musulmán moderado Abdurraham Wahid, con el 27%, y al gubernamental Golkar, con el 12%. El Partido del Mandato Nacional, de Amien Rais, el otro de los aspirantes a la presidencia, quedaba en quinto lugar, precedido por el islamista Partido del Desarrollo Unido. Eran resultados sobre una fracción muy pequeña del centenar largo de millones de indonesios que acudieron el lunes a la urnas, pero el presidente del Golkar, Akbar Tandjung, aseguró que, si se confirman, su partido pasará a la oposición sin pretender mantenerse en el poder.Este inicial escrutinio confirma la impresión que causaron los votantes urbanos: el Golkar, que ha sido hegemónico durante 32 años, debe bajar a segunda división. Los analistas, sin embargo, subrayaban que el voto rural puede no tener la misma orientación. Al Golkar se le supone gran ascendiente fuera de las ciudades, donde la crisis económica no ha causado tantos estragos y los caciques guardan toda su influencia. El Golkar era el único partido que podía actuar en el campo en los periodos interelectorales durante el régimen de Suharto, y era el único proveedor de favores y servicios.

Las palabras del presidente del Golkar no despejaron todas las dudas sobre la futura actuación de su partido, por lo que se mantiene la incertidumbre sobre la salida a la crisis política del cuarto país más poblado del mundo, 210 millones de personas en una región crítica. Mari Pangestu, directora del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, subrayaba ayer que a la incertidumbre del resultado final debe unirse si éste será aceptado por los otros partidos y por la calle, que sólo parece admitir el cambio, y cómo se formarán las alianzas para alcanzar la presidencia.

Los partidos de Megawati, Wahid y Rais firmaron un pacto hace dos semanas cogido con alfileres: no hay confianza mutua y no se pusieron de acuerdo sobre quién debería ser el candidato presidencial a presentar a finales de año ante los 700 miembros de la Asamblea Consultiva Popular, a la que pertenecen los 462 diputados elegidos el martes. Los restantes vienen, por elección indirecta, del Ejército (38), las provincias (135) y sectores sociales varios (65).

La confirmación de los resultados iniciales dejaría muy bien colocada a Megawati para aspirar a la presidencia. El Golkar sólo podría intentarlo si logra un apoyo muy superior al que aparentemente tiene y establece alianzas con otros partidos menores. Los parlamentarios no tienen necesariamente que seguir la disciplina del partido y se especula en Yakarta con la preparación de maletines para comprar voluntades si llega a hacerse necesario. Indicios de semejante actuación provocarían estallidos en la sociedad civil, poco desarrollada, pero capaz de obligar a Suharto a dejar la presidencia por lo que en Indonesia, país amante como ninguno de iniciales y acrónimos, se llama KKN (corrupción, colusión y nepotismo).

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La Bolsa reaccionó con euforia ante los buenos augurios que hay para el PDI-P. Subió en torno al 12% con respecto al cierre del viernes y alcanzó el índice más alto de los últimos 22 meses. "Es muy positivo lo ocurrido", decía un portavoz que votó por Megawati. Cuando se le preguntó sobre el programa económico del PDI-P se quedó sin palabras y remitió al partido. Allí, una fuente reconoció que el PDI-P tiene un programa muy genérico y que, por lo que respecta a la economía, "se continuará y acelerará la política del Gobierno, aunque duela".

El Fondo Monetario Internacional, que tiene en marcha un programa de ayuda de 49.000 millones de dólares (7,84 billones de pesetas), liberó ayer 450 (72.000 millones de pesetas). La rupia subió a 7.600 por dólar desde las 8.100 del viernes, y el presidente del banco central se atrevió a vaticinar que en el próximo trimestre podría llegar hasta las 6.000 por billete verde. Antes de la crisis, la divisa indonesia se cambiaba a 2.500 unidades por dólar y en los peores momentos del año pasado llegó a caer hasta las 17.000.

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