Siete artistas "dejan" el centro de Sevilla y se inspiran en tres barrios periféricos

Los vecinos de Las 3.000 Viviendas han elegido a su líder en una votación en el supermercado, los niños de Polígono San Pablo corretean en una selva inventada y en el Cerro del Águila la gente explica cómo se autoconstruyeron sus casas. Actividades tan dispares tienen un sólo punto en común: el arte. Todo esto ocurrió en cada uno de los citados barrios de Sevilla, provocado por tres equipos de artistas jóvenes. El resultado es la muestra Encuentros en la periferia que se inauguró ayer en la Casa de la Moneda de Sevilla.

Tres barrios de la ciudad, alejados de todo el glamour que pueda de...

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Los vecinos de Las 3.000 Viviendas han elegido a su líder en una votación en el supermercado, los niños de Polígono San Pablo corretean en una selva inventada y en el Cerro del Águila la gente explica cómo se autoconstruyeron sus casas. Actividades tan dispares tienen un sólo punto en común: el arte. Todo esto ocurrió en cada uno de los citados barrios de Sevilla, provocado por tres equipos de artistas jóvenes. El resultado es la muestra Encuentros en la periferia que se inauguró ayer en la Casa de la Moneda de Sevilla.

Tres barrios de la ciudad, alejados de todo el glamour que pueda desprender el centro de Sevilla, han visto como sus actividades cotidianas se han convertido en arte. Esculturas, vídeos, fotografías e instalaciones que han realizado los gemelos Rosado Garcés, el equipo La Oreja de Plástico -María Cañas, José C. Bayarri y Gloria Prado- y Ana Hernando y Valle Teba. "Cada zona tiene su peculiaridad y esas pequeñas diferencias, que pertenecen a la vida cotidiana, son las que han servido a los artistas para crear. Los tres equipos han trabajado en los barrios con su propia metodología", comenta Julian Ruesga, comisario de la muestra que organiza el Área de Cultura del Ayuntamiento. El Cerro del Águila, un barrio que nació en la década de los veinte, es el que conserva en su memoria las consecuencias de la Guerra Civil, la dictadura y las manifestaciones de los años setenta. Las artistas Ana Hernando y Valle Teba han hablado con los habitantes del cerro sobre la autoconstrucción de sus casas. "Eso hace que sientan el barrio como algo propio, ligado a ellos de una forma muy especial. Nos hemos encontrado con asociaciones de vecinos con mucha fuerza", comenta Ana Hernando. Las artistas, que en el catálogo de la exposición han escrito un diario del proyecto, se quejan de que Cultura les ha quitado algunas frases de su texto. "Hemos recogido críticas de los vecinos y parte de esos textos se han eliminado", asegura Valle Teba. "Algún despacho que poco sabe de la idiosincracia del barrio y sus gentes" es la más crítica de las cuatro frases eliminadas. MP & MP Rosado Garcés han titulado su trabajo El viaje inmóvil . Los artistas han centrado su obras en los jardínes del Polígono San Pablo, fruto del desarrollismo de los años sesenta. "Como son los vecinos los que cuidan las zonas ajardinadas, se mezclan zonas selváticas con otras desérticas", comenta Julian Ruesga. Los artistas han utilizado su formato habitual de trabajo, esculturas de resina con plantas de plástico, para crear una especie de jardín humano en la que las plantas nacen de pies, codos o piernas. Cuatro grandes fotomontajes rodea de plantas a los niños del barrio. La Oreja de Plástico ha detectado que Las 3.000 Viviendas es un lugar de transición, del que la gente se quiere mudar cuanto antes. Los artistas llegaron a la conclusión de que los vecinos necesitaban un líder y organizaron una elección entre 40 vecinos, con urnas y todo. Sus fotos, las de las votaciones y un periódico de 2.500 ejemplares es el resultado de su performance.

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