MÚSICA UN MÚSICO DICE QUE HA DE CALENTAR EN EL BAÑO

La Orquesta de Valencia exige a la presidenta del Palau un trato digno

Los músicos de la Orquesta de la Valencia criticaron ayer con dureza a la presidenta del Palau de la Música de Valencia, la edil María Irene Beneyto, y también a la alcaldesa, Rita Barberá, porque consideran que reciben un trato irrespetuoso e indigno. Denunciaron que se les debe dinero por diversos conceptos, que la plantilla es corta, que la situación de los camerinos es "denigrante", que faltan infraestructuras y una gestión profesional de la formación valenciana de música clásica más importante.

Casi medio centenar de componentes de la Orquesta (compuesta por 73 profesores fijos y p...

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Los músicos de la Orquesta de la Valencia criticaron ayer con dureza a la presidenta del Palau de la Música de Valencia, la edil María Irene Beneyto, y también a la alcaldesa, Rita Barberá, porque consideran que reciben un trato irrespetuoso e indigno. Denunciaron que se les debe dinero por diversos conceptos, que la plantilla es corta, que la situación de los camerinos es "denigrante", que faltan infraestructuras y una gestión profesional de la formación valenciana de música clásica más importante.

Casi medio centenar de componentes de la Orquesta (compuesta por 73 profesores fijos y personal ) acompañaron en el Palau a sus representantes sindicales en la denuncia que ayer realizaron y que se resume en una reclamación ya antigua: que se les trate con el respeto que merece la formación sinfónica. Los músicos (la mayoría de ellos funcionarios municipales) señalaron que están dispuesto a iniciar acciones como tocar con gafas de sol o con traje de calle si la presidenta del Palau no resuelve algunas de las insuficiencias después del verano. En ocasiones, las actuaciones en el auditorio fuera de programa, como la de Rocío Jurado, han desplazado a la orquesta a salas que no reúnen las condiciones de iluminación y de espacio. Uno de los profesores ilustró esa falta de consideración y de infraestructuras asegurando que él tiene que "tocar en el váter" antes de ensayar porque se le ha impedido el paso a los vestuarios para calentar. El portavoz, Pasqual Balaguer, insistió en que no son las deudas -que ascienden a unos ocho millones, apuntaron- la principal queja, sino la ausencia de un criterio en la dirección y el trato irrespetuoso que se les dispensa. Rechazó cualquier electoralismo en sus denuncias esgrimiendo un escrito reivindicativo de 1989 en el que también se reclama la aprobación del reglamento de la Orquesta.

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