Papeles cambiados

Hace cuatro años, en el mismo escenario, Eduardo Zaplana, entonces aspirante, logró sacar de sus casillas a Joan Lerma, entonces presidente de la Generalitat, en un debate similar. Había otros candidatos, pero el choque se centró en los dos máximos aspirantes. Jesús Sánchez Carrascosa, director de campaña del Partido Popular, se sentó en primera fila rodeado de otros fieles a Zaplana. El candidato encontraba miradas cómplices cada vez que alzaba la vista. El presidente de la Generalitat, en cambio, soportó un aluvión de comentarios y gestos de desaprobación cada vez que intentó articular un ...

Hace cuatro años, en el mismo escenario, Eduardo Zaplana, entonces aspirante, logró sacar de sus casillas a Joan Lerma, entonces presidente de la Generalitat, en un debate similar. Había otros candidatos, pero el choque se centró en los dos máximos aspirantes. Jesús Sánchez Carrascosa, director de campaña del Partido Popular, se sentó en primera fila rodeado de otros fieles a Zaplana. El candidato encontraba miradas cómplices cada vez que alzaba la vista. El presidente de la Generalitat, en cambio, soportó un aluvión de comentarios y gestos de desaprobación cada vez que intentó articular un argumento. Ayer se invirtieron los papeles. Sánchez Carrascosa ocupaba una discreta plaza en la última fila de la sala. La organización había dispuesto las primeras sillas para los periodistas, pero Miguel Mazón, destacado colaborador de Antoni Asunción, logró colarse frente a Zaplana y se esforzó por gesticular lo más posible para distraer su discurso. Los miembros de la gestora del PSPV ocupaban un ángulo lateral, pero garantizaban un fondo amable al aspirante. Los socialistas superaban en número a los populares. Y en una ocasión hubo que aplacar los comentarios del público para evitar problemas en la calidad de la emisión. Asunción se mostró desenvuelto, pero no impertinente. Y Zaplana, que había hecho los deberes, mantuvo el tipo sin problemas.