Reportaje:

Entre las grandes infraestructuras y el síndrome industrial

Vizcaya (1.140.026 habitantes, más de la mitad de todo el País Vasco) no se ha recuperado todavía del síndrome industrial. Va superando con dificultad la otrora gloriosa época en la que Altos Hornos de Vizcaya, que cerró definitivamente su actividad en 1996, era la insignia y el motor del crecimiento económico de toda Euskadi. Pero los datos son inexorables: en 1980 el sector industrial aportaba el 43% del Producto Interior Bruto (PIB) vizcaíno; en 1997, según los últimos datos del Instituto Vasco de Estadística-Eustat, la incidencia industrial en la riqueza provincial ha bajado al 31%. Entre...

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Vizcaya (1.140.026 habitantes, más de la mitad de todo el País Vasco) no se ha recuperado todavía del síndrome industrial. Va superando con dificultad la otrora gloriosa época en la que Altos Hornos de Vizcaya, que cerró definitivamente su actividad en 1996, era la insignia y el motor del crecimiento económico de toda Euskadi. Pero los datos son inexorables: en 1980 el sector industrial aportaba el 43% del Producto Interior Bruto (PIB) vizcaíno; en 1997, según los últimos datos del Instituto Vasco de Estadística-Eustat, la incidencia industrial en la riqueza provincial ha bajado al 31%. Entre las propias autoridades vizcaínas no hay un consenso claro de la ruta a seguir. "Se puede recuperar gran parte de la actividad industrial, aunque, desde luego, no puede ser como antes, con grandes empresas como Altos Hornos. Tiene que ser a base de una industria mediana", asegura un alto cargo institucional vizcaíno. Otras voces reclaman centrase más en actividades terciarias, como los servicios o el turismo, sobre todo tras el tirón de visitantes que ha supuesto la apertura del Museo Guggenheim. Los afectados se quejan de la paradoja que padecen. "Sufrimos el paro, no tenemos un duro y lo único que construyen son grandes superficies, llenas de tiendas en las que no podemos comprar nada, ni nos dan empleo", afirma Pedro Pablo Ruiz, 36 años y vecino de la Margen Izquierda. No va descaminado: en los últimos años se han construido media docena de grandes centros comerciales, el último de ellos, en Leioa, el mayor de toda la cornisa cantábrica, con 70.000 metros cuadrados. La Margen Izquierda, la zona con el mayor índice de desempleo en Euskadi, un 30%, que llega al 50% entre la juventud, implora soluciones. Hace dos años, instituciones y partidos impulsaron la creación del Plan de Revitalización de la Margen Izquierda para crear 5.600 empleos en los próximos años. Hasta ahora se han creado 48. Más producción industrial En el resto del territorio, la bonanza económica de esta legislatura ha servido para una paulatina recuperación industrial. El IPI (Índice de Producción Industrial), que registraba valores negativos de hasta un 4,6% a principios de la década, parece haberse estabilizado positivamente: un 6,8% de crecimiento en 1997 y alrededor del 6% el pasado año. "Vizcaya vive el momento económico más positivo del último decenio", afirma el diputado general, el peneuvista Josu Bergara, con los datos en la mano: el crecimiento de la economía fue del 4,2% el pasado año -un 13% en lo que va de legislatura- y se crearon 2.364 nuevas sociedades, un 12,3% más que en 1997. Pero el desempleo sigue omnipresente. Pese a que ha bajado un total de ocho puntos desde 1994 -alcanzaba entonces el 26,5%-, mantiene un elevado índice: el 18,7%, más de 5,5 y 4,5 puntos que en Álava y Guipúzcoa, respectivamente. Las infraestructuras han sido las principales beneficiadas del último cuatrienio en Vizcaya. Se han inaugurado la primera línea del metro (110.000 millones de pesetas de inversión, 661,1 millones de euros) y el Museo Guggenheim (20.000 millones de pesetas, incluida la adquisión de obras y el pago de la compensación a la Fundacion Guggenheim de Nueva York); está en plena ejecución la segunda línea del suburbano, que recorrerá la Margen Izquierda (28.000 millones de pesetas); el plan integral de saneamiento del área metropolitana -la mayor inversión actual en todo el País Vasco, con 100.000 millones de pesetas- ha entrado en su fase final; el aeropuerto de Sondika se apremia en concluir en menos de un año su nueva y espectacular terminal (30.000 millones) y el nuevo plan de accesos a Bilbao (20.000 millones), que prevé la construcción de tres autovías, se ha iniciado después de ocho años de controversias. Es el resurgir vizcaíno, que tiene un añadido esperanzador: por primera vez, las autoridades trabajan en un proyecto urbanístco integral, olvidando las actuaciones individuales de ayuntamientos y la Diputación, una tradición escasamente práctica. Es el llamado Plan Territorial Parcial del Bilbao Metropolitano, que afecta a casi 30 municipios y su eje principal es la construcción de una avenida a lo largo del Nervión de 12 kilómetros, entre Deusto y el Puerto de Santurtzi, con una docena de puentes en su recorrido. Es un proyecto, que aún está en fase de avance y cuyo desarrollo no será posible antes de 15 años, con un coste de entre 50.000 y 60.000 millones de pesetas sin incluir el precio del suelo. "Los suelos próximos a la Ría son los mejores en el corazón del Bilbao del millón de habitantes. Más que una nueva revitalización se plantea una nueva economía con un soporte nuevo", sostiene Eduardo Leyra, arquitecto madrileño que ha elaborado el Plan Territorial Parcial. La relevancia de este proyecto, que estuvo aparcado la legislatura anterior, está causando debates y discrepancias. Los dos socios de gobierno, el PNV y el PSE, protagonizaron a principios de año un enfrentamiento público por sus contenidos. Si algo ha caracterizado estos años a la todopoderosa Diputación vizcaína - un presupuesto anual que ya supera los 612.000 millones de pesetas, a no muy lejana distancia de los 736.000 millones del propio Gobierno vasco- es la apuesta por la construcción de carreteras. PASA A LA PÁGINA SIGUIENTE

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