Tribuna:

Augures

JULIO SEOANE Dicen los libros y diccionarios que inaugurar tenía que ver, en un principio, con el intento de adivinar el futuro de una acción consultando el vuelo y el canto de las aves. No estoy muy seguro de que los políticos en campaña sean conscientes de lo que están haciendo con esta fiebre de inauguraciones. Tengo más claro que ellos representan las aves, dicho sea con el mayor respeto, y que su vuelo y el canto hacen referencia a sus actos, palabras y discursos en época electoral. Los augures, sin duda, somos nosotros, los ciudadanos, los que tenemos que adivinar el futuro de tanta act...

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JULIO SEOANE Dicen los libros y diccionarios que inaugurar tenía que ver, en un principio, con el intento de adivinar el futuro de una acción consultando el vuelo y el canto de las aves. No estoy muy seguro de que los políticos en campaña sean conscientes de lo que están haciendo con esta fiebre de inauguraciones. Tengo más claro que ellos representan las aves, dicho sea con el mayor respeto, y que su vuelo y el canto hacen referencia a sus actos, palabras y discursos en época electoral. Los augures, sin duda, somos nosotros, los ciudadanos, los que tenemos que adivinar el futuro de tanta actividad y arriesgarnos por unos o por otros. La primera inauguración es la campaña electoral. Y los augurios sobre su futuro son difíciles. Arrancó lenta y suave, aquí y en todas partes, y, sin embargo, camina ya algo crispada porque bien parece que todo empieza y acaba en la Junta Electoral. Si en una época se criticó que la política del país estaba judicializada, puede que ahora las campañas llevan un camino paralelo a través de las distintas Juntas Electorales. Empiezan a proliferar y a elevarse las críticas sobre una posible devaluación de las campañas electorales. Veremos. Otras posibles inauguraciones a interpretar son las nuevas consejerías para la próxima legislatura. Diversos grupos, tendencias políticas y opciones electorales piden, ofrecen o prometen consejerías hasta ahora inexistentes para contentar así a diferentes sensibilidades ciudadanas. Consejerías de Justicia, de la Mujer, de la Igualdad y algunas otras que no recuerdo, son signos inequívocos de la vieja creencia sobre la solución de problemas mediante el arte de las palabras. Como diría el muñeco de la tele, pero con mis propias obsesiones, a mí esto de las consejerías me parece como... como los nuevos planes de estudio, ¿no? Se explica mal, se cuentan cosas anticuadas, inservibles para una buena formación, pero se cambian los planes de estudio pensando que los nombres de las asignaturas solucionarán el problema. Pongamos más consejerías y adivinemos el futuro. También se están inaugurando sitios de Internet. Día a día aparecen más políticos en campaña con dirección en la red. Y eso es bueno, que cuenten, que se retraten, y que dejen puertas abiertas para hablarles y contar nuestros problemas. Es cierto que a veces se sorprende uno por la calidad e ingenuidad de algunas biografías, más bien por el triste relato que hacen de sus biografías, algunas de las cuales terminan en la afición por los fines de semana junto al mar. Un dato muy sugerente para decidir el voto, sin duda. Pero al menos se enfrentan a la gente, a sus adivinos, a los que tienen que leer su futuro y, más importante, el propio futuro a través de la opción electoral preferida. Por cierto, después de la prohibición del "vamos a más" en la Generalitat ya no hay forma de conseguir nada sobre el PP valenciano, el PP-CV que se dice, ni tristes ni alegres biografías, ni un programa electoral, ni una triste foto donde mirar a los ojos para adivinar la verdad. Que se arriesguen como los demás. Y hoy, sábado, se inaugura el debate en directo de dos principales voces, de dos principales candidatos, Zaplana y Asunción. Pero sin gestos, sólo con voces, por la radio. Resulta muy difícil augurar resultados. En ambos casos buen timbre y mucho en juego. Zaplana y Asunción en directo, como se escribía hace unos días en estas mismas páginas, donde se adivinaba con perspicacia que uno necesita espacio político personal para desarrollar su liderazgo, mientras que el otro requiere a sus compañeros y a la organización política. Y los dos niegan lo que ya saben, uno sus deseos y el otro sus realidades. No hay duda. Esto de decidir el voto es como inaugurar, hacer de augures, adivinar por los signos qué nos ofrece el futuro que intentamos elegir. Que digan lo que quieran, pero yo pienso seguir inaugurando todo lo que pueda porque me juego mucho en la adivinación de esos vuelos, de esos cantos, de esos trinos electorales.

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